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miércoles, 25 de septiembre de 2024

Los aerostatos

Puedo decir con alegría que por fin he leído mi primer Amélie Nothomb, ¡Chispas! Después de muchos años viendo opiniones entusiastas de lectores de la autora belga y tras superar un cierto temor infundado sobre si sería de mi gusto o no, afortunadamente superé mis prejuicios y me he estrenado por la puerta grande con esta novela, "Los aerostatos", una obra breve pero intensa que me ha convencido de que las buenas opiniones escuchadas no faltaban a la verdad. 

Ingeniosa y rápida, la novela es apenas un cuento dada su breve extensión y porque además no se para en descripciones ni da rodeos innecesarios. Nos cuenta la relación entre Ange, una joven estudiante de filología, y Pie Roussaire, un chico con problemas académicos al que debe ayudar, no ya a mejorar en sus habilidades con la lectura, sino a iniciarse en ella ya que Pie no ha leído prácticamente nada en toda su vida y gracias a Ange se iniciará a lo grande, comenzando por obras maestras como "Rojo y negro", "La Ilíada" o "La Odisea" a las que seguirán "La metamorfosis" o "El Idiota". Por otro lado, el padre de Pie que mantiene una relación tensa con su hijo, pretende que Ange le ayude a acercarse a él.

Esta es una historia sobre lecturas y relecturas, sobre por qué nos gusta un libro y no otros, sobre lo que los libros pueden aportar a nuestra vida. Un relato ágil, agudo y sorprendente que me ha descubierto el talento de la Nothomb y me ha dejado con muchas ganas de seguir descubriendo sus libros.

"Yo no he viajado. Me he desplazado a lugares que no he conocido nunca."

miércoles, 14 de agosto de 2024

Tres veranos

Continúo a la búsqueda de lecturas veraniegas y que mejor que dejarse guiar por un título tan explícito como el de esta novela, "Tres veranos" de la escritora griega Margarita Liberaki en la que nos cuenta la historia de tres hermanas, María, Infanta y Caterina a través de estos tres veranos de adolescencia y primera juventud en los que vamos asistiendo a escenas de su vida, veremos cómo van creciendo y descubriendo el mundo, entrando en la vida adulta desde la casa familiar en el campo, a las afueras de Atenas, donde las hermanas viven con su madre, separada del padre, su tía y su abuelo. Caterina, la más pequeña, es la narradora de esta historia familiar y de crecimiento, aprende de sus hermanas mayores, María, interesada por los hombres y los misterios del amor y el sexo, deseosa de sentir intensamente y ser amada, e Infanta, la mediana, con alma artística, distante y melancólica aunque también dulce y cariñosa.

Como toda buena familia que se precie, ésta también tiene un secreto, el de la bella abuela polaca que huyó con un músico abandonando al abuelo, además del drama sufrido por la tía Teresa que la obligó a romper su compromiso y que la cambió para siempre. 

A lo largo de las páginas veremos desfilar pasiones, deseo, emociones y amistades. Descubriremos pasajes narrados con lenguaje poético y evocador que describen largas tardes de verano, los jardines domésticos, la naturaleza del lugar, los paisajes, la lluvia y las montañas y también los sentimientos y las emociones de las jóvenes protagonistas. Abundan los flashes de pensamiento que no terminan de concretarse en ideas completas, pero es que Caterina tampoco se termina de entender a sí misma normalmente.

"A veces me entra nostalgia de sitios y de cosas que vivo y veo cada día "

Las historias familiares se mezclan con otras de amigos o vecinos; son historias de amor, de relaciones, de búsqueda de identidad. El resultado final es una lectura sensual y sentimental, de crecimiento y aprendizajes Se ha considerado a esta novela como la versión griega de Mujercitas, aunque sin duda esta es más triste y turbia, más intensa, menos inocente y más carnal que aquella otra.

"Caminaba y mi cuerpo, en lugar de cansarse, se volvía más y más ligero. Dejé el camino y me adentré en el bosque. Me hice sangre en los pies con los matorrales de espinos y mis ojos se encontraron con los de la lechuza. Seguí caminando. Se oía un grave batir de alas. Era más textura que sonido. El viento arreciaba. Los pinos se curvaban. Estaba lista para el baile de las hadas."

miércoles, 10 de julio de 2024

V13

La noche del vienes 13 noviembre 2015 un terrible atentado terrorista en la sala Bataclan durante un concierto, seguido de ataques en varias terrazas del distrito XI y a las afueras del Estadio de Francia que causaron 131 muertos, conmocionó a todo Paris, a Francia y al mundo entero. En  septiembre del 21 se inicia el juicio a los responsables de aquella masacre bajo el nombre genérico de "V13" y allí acude el escritor Emmanuel Carrère que asiste a las sesiones enviado por el periódico L'Obs con el encargo de elaborar una crónica semanal para el suplemento de este diario del proceso judicial que se prevé que dure varios meses.

Este libro reúne todas esas crónicas por las que desfilará un variopinto grupo de personajes en torno a los sucesos juzgados: desde los jueces, los propios terroristas, colaboradores de los criminales en diferentes grados, hasta las víctimas, sus familiares, o los periodistas que acompaña a Carrère, junto con otro tipo de personajes como falsos supervivientes, miembros de grupos radicales tanto islamistas como ultraderechistas. Todo ello dibuja el entrono amplio en el cual se fraguó la acción criminal, el ambiente en el que se movían los terroristas, cómo fue su proceso de radicalización y se detallan los momentos que precedieron a aquella aciaga noche de noviembre.

El autor recoge cientos de testimonios que describen escenas dantescas que se clavan en la memoria con sus descripciones de cuerpos destrozados por disparos de armas de guerra, relatos espeluznantes de dolor, de pérdidas personales, pero también de vidas arruinadas en los procesos de radicalización, del paso de la marginalidad social hasta el fanatismo religioso que convierte a unos jóvenes nacidos en el corazón de Europa en unas bestias insensibles capaces de sacrificarse y matar en nombre de un supuesto ideal superior.

Esta es una lectura necesaria para entender un aspecto fundamental del mundo en el que nos movemos y que constituye uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la Europa civilizada que tratamos de construir entre todos, como paradigma de la democracia y libertad frente al radicalismo y la sinrazón. Un asunto que merece que le dediquemos una reflexión en profundidad.

"Una experiencia única de espanto, de piedad, de proximidad, de presencia. Tardé en darme cuenta de que la sala del juicio se parece a una iglesia moderna y de que en ella se ha celebrado algo sagrado."

martes, 28 de mayo de 2024

Tutti i nostri ieri

Natalia Ginzburg es de esas autoras que nunca me defraudan; posee un universo propio en el que me resulta cómodo introducirme y dentro del cual disfruto enormemente por si peculiar manera de contar. En este caso el libro que he leído, "Tutti i nostri ieri" es además un ejemplar que compré en "Open Door",  una librería de segunda mano en el barrio romano de Trastevere, con lo que puedo afirmar que gracias a todos estos factores, esta experiencia lectora ha sido perfecta.

La novela está protagonizada por un grupo de amigos jóvenes, algunos todavía adolescentes, pertenecientes a dos familias vecinas que residen en una pequeña ciudad del norte de Italia cuyo nombre nunca se menciona, en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Por una parte conocemos la familia donde se encuentran Ippolito, el mayor, sometido a la tiranía del padre; Concettina, pendiente de sus muchos admiradores y de su aspecto físico; Anna y Giustino, ambos todavía en el colegio. El padre es un hombre irascible e incapaz o sin interés por manejar a sus cuatro hijos, pero fallecerá pronto y dejará la casa y el cuidado de sus hijos en manos de la señora María, antigua dama de compañía de la abuela. El único amigo del padre, Cenzo Rena, un viajero incansables que desde cualquier lugar del mundo les envía postales y chocolates es un miembro más de la familia.

Pronto traban amistad con los vecinos de la casa de enfrente: Emanuele, Amalia y Giuma, hermanos de edades similares a sus vecinos que, cuando fallece su padre quedan al cuidado de una madre joven e incapaz de llevar una casa, además de heredar una próspera fábrica de jabón. Ippolito y Emanuele coinciden en sus inquietudes políticas y junto con su amigo Danilo fantasean con ser revolucionarios antifascistas mientras siguen el avance de la guerra que todavía parece no amenazar Italia. Anna y Giuma todavía están en edad de jugar cuando se conocen aunque con el tiempo pasarán a una relación más profunda. Amalia y Concettina se casaran con hombres de muy distinto perfil y finalmente las vidas de todos cambiarán drásticamente cuando la guerra se convierta en una realidad y la amenaza del antisemitismo se materialice con la ocupación alemana.

Esta es una novela básicamente coral aunque, según avance la narración, la pequeña Anna irá centrando la atención del relato, aunque nunca dejaremos de atender a lo que le suceda al resto de los personajes. El ambiente en la casa, las relaciones y costumbres familiares así como el momento histórico y la manera de afrontarlo por parte de algunos de los personajes de la novela recuerdan en muchas ocasiones a la propia familia de la autora que más tarde aparecería retratada en "Lessico famigliare" aunque en esta ocasión se trate de un argumento de ficción, pero no cuesta adivinar que la autora se inspiró claramente en su propia realidad para crear esta obra.

Los personajes están muy bien tratados, son personas con sus luces y sus sombras que van buscando su lugar en el mundo según crecen y maduran; cada uno se forja su propia personalidad, atraviesan los años de guerra, forman sus propias familias pero continúan siendo estos niños que soñaban con hacer la revolución y mantiene los lazos que los unirán para toda la vida. La novela está llena de historias particulares que se entrecruzan y se mezclan con los sueños, los planes de futuro, las historias que imaginan, una mezcla de realismo y fantasía, sin dramatizar nunca ni tan siquiera los episodios más duros y que supone una mirada a la guerra desde los ojos de las personas de a pie que no hacen sino tratar de seguir adelante con sus vidas a pesar de los desastres que suceden a su alrededor.

viernes, 19 de abril de 2024

L'inverno dei leoni

Hace algo más de un año que leí la primera entrega de la Saga de los Florio, "I leoni di Sicilia", y ahora he tenido por fin la oportunidad de disfrutar de  "L'inverno dei leoni", la segunda parte con la que concluir esta breve serie con la que Stefania Auci ha triunfado en Italia y de la que se ha llegado a estrenar una serie televisiva que, ni que decir tiene, ya he empezado a ver en Disney+.

El argumento se inicia con el funeral de Vincenzo Florio cuya muerte deja a su hijo Ignazio al mando de las empresas familiares, del potente imperio que su padre, junto con su tío Ignazio engrandecieron a partir de la humilde tienda de especias que abrieron en Palermo a su llegada desde Calabria. Si bien la enormidad del negocio y la ausencia de la fuente personalidad de su padre pesan sobre el ánimo de Ignazio, pronto demostrará su capacidad para, no sólo conservar, sino engrandecer Casa Florio: del inicial negocio de venta de especias, bodegas de vino Marsala y las almadrabas donde desarrollan la técnica de envasado de atún en aceite, irá ampliando los negocios a nuevos sectores como fundiciones, fábricas de cerámica o astilleros, llegando a poseer un banco con su nombre y la mayor compañía de navegación del país.

El enlace de Ignazio con la baronesa Giovanna D'Ondes Trigona supone la unión de la nobleza antigua por sangre y títulos y la nueva clase de potentados que deben su ascenso social al trabajo duro y a la acumulación de riquezas. Durante toda su vida, Giovanna se esforzará por cumplir con su papel de nueva señora de la casa y despertar el auténtico amor por parte de su marido. Pero Ignazio sólo vive para su negocio, para sacar adelante y aumentar las empresas heredadas y llevar cada vez más alto el apellido Florio. Pero además, Ignazio conserva en la memoria un amor de juventud que le hace plantearse qué habría sido de su vida en caso de haber obedecido a su corazón en lugar de seguir el consejo de su padre de guiarse siempre por lo que dicta la razón. La familia abandonan la vieja casa de la calle del centro de Palermo para instalarse en la magnífica finca de L'Olivuzza que pronto se convierte centro de la vida social de la ciudad donde los hijos son educados como miembros de la élite europea a la que están destinados a pertenecer. Ignazio llegará a ser senador por designación real y a su muerte deja a su heredero un inmenso patrimonio industrial que este gestionará hasta que lleguen los malos tiempos, ya entrados en el siglo XX. La esposa de Ignazio Jr., donna Franca, se convertirá en la gran dama de la sociedad europea, frecuentando los ambientes más selectos, fiestas y viajes donde se relacionan con las grandes fortunas, pero también parecerá enormes sufrimientos por las constantes infidelidades de su marido.

Durante casi seiscientas páginas recorremos todo el marco histórico que nos traslada a la época del Risorgimento culminando con la unificación italiana y llegando al cambio de siglo hasta la I Guerra Mundial. Son años de enorme agitación política y social dentro de una era de avances técnicos y de anhelo de progreso para todo el país, en cuyo logro los Florio tendrán un papel fundamental. Considerados como la familia más rica de Sicilia y prácticamente de toda Italia, poseían sus propios yates de recreo así como un tren privado con el que recorrían Europa en sus vacaciones, una villa en la isla de Favignana cerca de la almadraba que tanto apreciaba Ignazio además de los palacios familiares de Palermo: el palacete dei Quattro Pizzi, L'Olivuzza y Villa Igiea.

Los Florio disfrutan de los mayores lujos y sofisticaciones posibles pero ninguna fortuna puede compensar los grandes dramas familiares y las pérdidas personales que debieron afrontar.  Asistimos a lo largo de la novela al ascenso y la decadencia de una familia que lo tuvo todo y que lo acabó perdiendo; que conoció los mejores y los peores momentos en lo personal y que vivió en directo los grandes momentos históricos de su época. Una lectura soberbia y altamente recomendable para los amantes de la novela con trasfondo histórico.

domingo, 23 de abril de 2023

Hacia la belleza

Cada vez que comienzo con una novela de David Foenkinos me siento expectante ante lo que me va a ofrecer en esta ocasión el autor, me pregunto si nuevamente va a desplegar su magia narrativa y me va a transportar a una historia y unos personajes diferentes, originales, con los que compartir emoción y sentimientos con esa manera tan suya y delicada de narrar. Y si bien mi anterior experiencia con el autor francés no llegó a colmar plenamente esas expectativas, no he dudado en volverlo a intentar con este nuevo título, "Hacia la belleza", y desde ya puedo afirmar que en esta ocasión Foenkinos lo ha vuelto a hacer.

La novela está dividida en dos partes, cada una centrada en uno de sus protagonistas, hasta que ambas historias se conecten hacia el final del libro. Iniciando el relato conocemos a Antoine Duris, un hombre que ha decidido huir, abandonarlo todo: su vida como profesor de Bellas Artes en Lyon, a su hermana y su sobrina; acaba de romper además con su pareja tras siete años de una relación que no parecía ir hacia ninguna parte y se propone iniciar una nueva vida empleado como vigilante de sala en el museo de Orsay en París.
"Un vigilante de museo no existe. Deambulamos delante de él con la mirada clavada en el siguiente cuadro. Es un trabajo extraordinario para estar solo en medio de la multitud."

La historia se nos presenta como el relato de un desamor, el final de una etapa, la necesidad de un nuevo comienzo, un cambio radical en la vida y todo ello guiado por la pasión por el arte, la pintura, en especial por Modigliani, autor en el que Antoine es experto y frente a cuyo retrato de Jeanne Hébutherne pasa las horas en su nuevo empleo. 

La segunda parte del libro se centra en el personaje de Camille, una adolescente con un don para la pintura a la que un terrible suceso que debe ocultar a su entorno la cambia radicalmente, sumiéndola a partir de entonces en un estado depresivo y de enorme infelicidad. Sólo a través de la belleza, de sus cuadros, buscará el modo de borrar los fantasmas que la persiguen, de intentar olvidar sus miedos. Aunque no es fácil conseguirlo.

"Frente a un cuadro no somos juzgados, el intercambio es puro, la obra parece entender nuestro dolor y nos consuela a través del silencio, permanece en una eternidad fija y tranquilizadora, su único objetivo es colmarnos mediante las ondas de lo bello. Las tristezas se olvidan con Botticelli, los miedos se atenúan con Rembrandt y las penas se reducen con Chagall."

Nuevamente nos encontramos con esta lectura ante una exposición de los sentimientos como sólo Foenkinos sabe hacer, planteados con simplicidad y profundidad al mismo tiempo, entrando en el corazón de sus personajes y haciéndonos participar en su mundo privado, en lo más profundo de su intimidad, sintiendo con ellos, compartiendo su dolor. Y también nos acerca a las emociones más puras, a la culpa, al sufrimiento, pero planteando una esperanza basada en el poder curativo del arte, de la belleza. Hay muchos elementos en esta novela que recuerdan a aquel otro libro del autor en el que nos contaba la vida de la pintora Charlotte Solomon, otra mujer que se refugió en el Arte para enfrentar el horror del mundo. Y Foenkinos nos hace creer en ambos casos que la salvación siempre se debe buscar en lo sublime, en lo que nos hace humanos por encima de lo material.

viernes, 31 de marzo de 2023

Momentos estelares de la Humanidad

El austríaco Stefan Zweig es uno de los autores que figuran en mi Olimpo particular de escritores favoritos, tanto en su aspecto de novelista como en el de biógrafo y en numerosas ocasiones he elogiado por aquí varias de sus obras. Pero debo reconocer que en este caso con "Momentos estelares de la humanidad", libro que figuraba en mi lista de pendientes desde hace bastante tiempo, no he tenido la suerte de disfrutar como en ocasiones anteriores y que, para mi desgracia, la novela no ha cumplido con las expectativas con las que he emprendido su lectura. Y no se trata de un problema del libro, Dios me libre de restarle mérito al gran Zweig, sino más bien de que en este caso no ha logrado conectar con mi gusto personal como lectora. 

El volumen está compuesto por catorce miniaturas históricas, según reza el subtítulo, catorce relatos de variada extensión sobre otros tantos momentos cruciales de la Historia de la Humanidad, desde la Antigua Roma hasta el siglo XX, contadas con un estilo intenso, potente, sin reparar en elogios hacia las figuras históricas que protagonizaron los hechos que se narran.

Como ya he comentado, mi impresión general sobre el libro no ha sido demasiado buena; me ha resultado excesivo tanto heroísmo, el relato exaltado de tantas historias épicas, con un estilo rico en adjetivación, abundante en metáforas y grandilocuencia que me dejaban literalmente agotada tras alguno de los capítulos. Esto no quita para que sí que haya disfrutado con algunos de los episodios como es el caso del protagonizado por Händel, donde se recrea el proceso de composición de su soberbia obra "El Mesías" o el breve episodio de la ejecución finalmente cancelada de Dostoyevsky, tal vez precisamente por esa brevedad que compensa la gran intensidad del suceso narrado y la igualmente intensa forma de contarlo. Igualmente me ha entretenido el relato del tendido de las líneas de telégrafo a través del océano Atlántico entre Inglaterra y Norteamérica.

Otras narraciones de las que se compone el libro me han resultado poco atractivas e incluso pesadas, tal vez porque relatan hechos históricos de épocas que tienen menos interés para mí o por centrarse en episodios bélicos o heroicos que no han logrado atrapar mi atención. Así la conquista de Bizancio, las peripecias de Núñez de Balboa o los exploradores a la conquista del Polo Sur no han despertado mi interés. Entiendo que esto es debido a que los gustos personales del lector siempre intervienen a la hora de valorar una lectura y los temas tratados en algunos de estos episodios no han conectado con mis gustos.

No quiero con todo esto quitarle mérito a la que es una de las obras más populares del gran Zweig, no tengo intención de venir yo aquí y ahora a tirar por tierra uno de sus libros mejor valorados; simplemente debo constatar que en esta ocasión no ha habido conexión entre el magnífico autor y mis propios gustos e intereses. Pero esto son cosas que a veces pasan, ¿Y qué le vamos a hacer?

sábado, 25 de marzo de 2023

El espejo de nuestras penas

Con "El espejo de nuestras penas" finaliza la trilogía que Pierre Lemaitre ha dedicado al periodo histórico que transcurre entre las dos guerras mundiales con París como escenario principal y que se aúnan bajo el título común de Los hijos del desastre. 

Al inicio de esta tercera parte, una nueva guerra ha estallado en Europa pero hasta el centro de París apenas llegan noticias desde el frente de batalla; la vida continúa prácticamente sin cambios. Louise Belmont es una joven maestra que se ve envuelta en un extraño incidente que amenaza con desequilibrar su frágil existencia y la lleva a descubrir los secretos que su difunta madre le ocultó durante toda su vida. A Louise ya la conocimos en la primera entrega de esta trilogía como la niña que acompañaba y entretenía al soldado Péricourt cuando éste se ocultaba de su padre junto a su camarada Maillard, tras haber sido seriamente desfigurado en la guerra. Pero esta es una historia diferente y no conectada con las anteriores.

Por otro lado conocemos al joven Gabriel, un maestro que sirve ahora en el Ejército destinado en la línea Maginot a la espera del inminente ataque alemán. De su mano asistiremos a la sonrojante actuación del ejército francés ante el imparable avance del enemigo mucho mejor entrenado y provisto que las fatuas y anticuadas fuerzas francesas. A su lado en sus desventuras se topará con el soldado Raoul Landrade, un golfo experimentado, trilero, especialista en organizar chanchullos con los que sacar beneficios a costa del Ejército, que llevará al bueno de Gabriel por el camino de la amargura. El camino de los dos camaradas que acabarán convertidos en amigos a la fuerza se cruzará con la del guardia móvil Fernand que se debate entre sus obligaciones para con el Ejército que le ordenan escoltar hacia el sur a los presos de una cárcel desalojada de París y su deseo de proteger a su mujer de los riesgos de la guerra que se aproxima imparable hacia la capital.

Y por último, la tercera línea argumental es la protagonizada por el personaje fascinante de Désiré, un embaucador profesional, rey del disfraz, del engaño y la simulación que pasa por distintos papeles a lo largo de la novela buscándose la vida a base de situarse en empleos para los que en absoluto se encuentra capacitado, pero donde logra ascender por su dominio del arte del fingimiento y su total ausencia de escrúpulos.

Con la vorágine de la guerra como fondo, Lemaitre prueba su capacidad de crear escenarios históricos habitados por numerosos personajes y lograr que todos ellos sean convincentes, bien dibujados y con una historia a sus espaldas que nunca es menor, enfrentados a un destino inesperado al que deben adaptarse aunque sea a costa de su dignidad o sus principios. Porque en esta novela no hay héroes, sólo seres humanos de verdad, con sus virtudes y sobre todo con sus defectos. En este magnífico relato coral, Lemaitre narra la huida de los parisinos de la ciudad en junio de 1940 ante la inminente llegada del ejército alemán que avanza imparable en su ocupación del país y muestra a sus compatriotas con una mirada descarnada y sin reparar en exponer sus grandes defectos nacionales: la petulancia, la soberbia y la cobardía pero también la fraternidad y la compasión. El episodio histórico es el mismo que retrató mi muy admirada Irène Némirovsky en su obra cumbre "Suite francesa". El portento narrativo de Lemaitre en esta ocasión se muestra en su máximo esplendor en esta obra que se lee con la pasión y el entusiasmo que despiertan las grandes novelas a las que, libro tras libro, el francés nos está acostumbrado a sus cada vez más fieles lectores.

miércoles, 16 de febrero de 2022

El bigote

Nunca hasta ahora había leído nada del autor francés Emmanuel Carrère a pesar de las muchas recomendaciones para hacerlo que había recibido, así que, para estrenarme con él, me he decidido por una novela breve como es esta de "El bigote" que parecía bastante asequible como punto de partida. 

El argumento se inicia con un acto bastante anodino: el protagonista decide un buen día afeitarse el bigote que lleva luciendo desde hace bastantes años y sorprender así a su pareja. Su mujer, sin embargo, no parece reparar en el cambio; de hecho, cuando le pregunta su opinión, ni siquiera recuerda que él hubiera llevado nunca bigote antes. Y a partir de aquí, se desata la locura. Algo tan simple como un mero cambio de imagen se convertirá, para su desgracia, en una auténtica pesadilla. 

¿Es posible que, igual que nunca ha existido el bigote, tampoco haya existido su vida o la vida que creía haber vivido? ¿Es todo una mentira, una broma orquestada contra él o un completo delirio? Paulatinamente pero sin freno, todo lo que hasta ese momento el protagonista creía como cierto se va difuminado y borrando, desde su propio aspecto a sus amistades, su pasado, sus recuerdos y esa vorágine termina arrasando con su razón y su cordura.

La obra es un vertiginoso tobogán en el que el lector es arrastrado junto con el protagonista hacia lo más profundo de la irracionalidad y de lo kafkiano. Un mal sueño del que no puede despertar, en el que todo su mundo se vuelve del revés y amenaza con acabar con él. Un relato que comienza siendo humorístico pero que se convierte en una angustiosa huída hacia ninguna parte. 

Me ha convencido totalmente Carrère con este estreno para que siga descubriendo su obra que, sin duda, promete grandes momentos de entretenimiento.

viernes, 19 de noviembre de 2021

1794

En esta nueva novela de Niklas Natt Och Dag titulada "1794" y que supone una continuación casi inmediata de la novela previa "1793", encontramos una trama dividida en dos partes. Arrancamos conociendo la historia de uno de sus protagonistas, Erik Tres Rosas, cuando éste se encuentra ingresado en un sanatorio recuperándose de alguna enfermedad que desconocemos pero que nos hace sospechar de su equilibrio mental. Vuelve atrás las vista a los años en los que, siendo casi un niño y como hijo de un acomodado propietario y noble sueco, se enamora de la hija de uno de los apareceros que trabajan las tierras de su padre. Éste, tratando de que el chico olvide este inapropiado amor de juventud, lo envía a la colonia de San Bartolomé en el Caribe para poner distancia entre los enamorados y de paso hacer que el joven Tres Rosas se forme en la gestión de los negocios familiares. En San Bartolomé Erik descubrirá su más oscuro secreto: Gustavia es el principal puerto de llegada de cargamentos de esclavos africanos a las tierras de América, algo que la naturaleza esencialmente bondadosa del chico le lleva a rechazar firmemente.

Pero a pesar de su carácter apacible y sensible y su buena disposición, Erik tiene una debilidad: sufre arrebatos de cólera en los que pierde el sentido de la realidad, le embarga un impulso violento durante el cual no es consciente de sus actos, lo que le traerá más de un problema.

En la segunda parte del libro nos reencontrarnos con el guardia Cardell al que ya conocimos en la anterior novela cuando se dedicaba a ayudar al abogado Winge, ahora fallecido, en sus investigaciones. En esta ocasión Cardell conoce al hermano menor de su antiguo colega, el joven Emil Winge. Ambos se ocupan de un caso que la policía ha renunciado a investigar: el de una muerte supuestamente accidental pero en la cual la madre de la víctima sospecha que hay algo que se le oculta. Al tiempo que desarrollan esta nueva investigación, Cardell continuará siguendo la pista de Anna Stina, personaje que aparecía en la anterior novela y cuya trayectoria volveremos a recuperar aunque no guarde relación alguna con el nuevo caso de asesinato.

Al igual que ocurría en 1793, los sórdidos escenarios de Estocolmo, la ciudad de los puentes, como se la denomina a lo largo del libro, siguen marcando el ambiente de la historia: la suciedad y la miseria de sus calles oscuras y pestilentes donde las ejecuciones públicas son espectáculo habitual, el enrarecido ambiente político de luchas de poder, de conspiraciones y corrupción, originan una gran inestabilidad, donde no existe seguridad ni justicia. A pesar de todo, Cardell se muestra como un personaje interesado en sacar a la luz la verdad de lo ocurrido y dar satisfacción a los deseos de una madre que exige justicia para su hija y se encontrará frente a un supuesto criminal que lucha contra sus impulsos, que desea ser un hombre honrado pero no logra superar sus debilidades.

Lo peor de está novela, tal y como ocurría con la anterior, son las escenas en las que el autor despliega toda una repertorio de prácticas de crueldad extraordinaria y, para mi gusto, excesiva, no aptas para espíritus sensibles ni estómagos delicados. Los peores impulsos del ser humano quedan retratados allí con demasiada crudeza. Al hilo de esta mirada oscura al hombre, también nos proporciona una visión absolutamente negativa del resultado de las revoluciones que recorren Europa en aquel siglo. Bajo el presunto objetivo de otorgar libertad al pueblo, salvarlo de la opresión de los reyes e igualar a todos en derechos, lo que han provocado es igualar a todos en violencia, ánimo de venganza y logran sacar a la luz los más bajos instintos, sin que haya ya un freno de autoridad que los contenga.

"No dudo que la intención de quienes se lanzaron a derribar la opresión fuera buena, pero al cabo sólo le han dado al ser humano una nueva excusa para mostrarse tal como siempre ha sido: un ser tan sujeto a las leyes de la naturaleza como los animales del bosque, entre los cuales la violencia reina sin restricción alguna y el fuerte dispone de la vida del débil a su antojo. Mirad lo que está ocurriendo en París: hay verdugos por doquier. ¿Dónde están ahora los enciclopedistas?"

viernes, 12 de noviembre de 2021

Los fuegos de otoño

No voy a repetir en esta reseña los muchos halagos que ya expresado con anterioridad hacia Irène Nemirovsky. Si alguien quiere comprobar lo mucho que la admiro no tiene más que revisar las anteriores entradas de este blog dedicados a libros de la gran escritora ucraniana. Los protagonistas de "Los fuegos de otoño", novela en gran parte coral, constituyen una variada e interesante colección de personajes, todos ellos franceses de viejo cuño, viejos conocidos de antes de la guerra, familiares, amigos y vecinos, a los que veremos evolucionar a lo largo de una serie de años, atravesar dos guerras y adaptarse con más o menos éxito a un mundo cambiante. La galería de personajes incluye a una joven de rígidos principios morales, un avispado trepa, un joven ambicioso que no se siente valorado como debiera, una madre orgullosa, una esposa que participa del éxito del marido y disfruta de su nueva condición social... Cada uno de ellos refleja un tipo de personalidad y de actitud ante la vida; están por un lado los que se aferran a las antiguas costumbres y principios y por otra los que consideran que el nuevo mundo surgido tras la guerra requiere de nuevas normas éticas y morales, así como un sistema de organización social diferente basado en el mérito y el esfuerzo acabando con la prevalencia del antiguo abolengo y la estratificación por clases. Destaca entre todos la figura de Thérèse, la joven viuda que trata de resistirse a la marea creciente e inevitable de los nuevos modos, de conservar su honestidad, permanecer fiel a sus principios, no verse arrastrada por la fuerza de los nuevos aires que soplan a su alrededor en la efervescente ciudad  de París y por todo el país. 

La magistralidad de la autora vuelve a brillar en esta novela. El suyo es un retrato impecable, puntillista e implacable de la burguesía francesa de la primera mitad del siglo XX. Así retrata con certeza a aquellos hombres que vuelven de la guerra, que han visto tantos horrores que los civiles que quedaban en la retaguardia ni imaginan, lo que les ha endurecido el corazón y cambiado los principios. Ya no priman los mismos valores que regían la sociedad anteriormente. El paso por la guerra ha transformado a los soldados, a las jóvenes generaciones pero también al resto de los ciudadanos. De la inocencia, el heroismo, el espíritu de sacrificio y el patriotismo imperantes previamente se ha pasado a la desilusión, el desencanto, el cinismo, el hedonismo y el deseo de disfrutar del momento que lo invade todo al descubrir que nada de aquello en lo que se creía sirvió para nada, que la lucha por el bien de toda la nación y el futuro comú ha perdido todo su sentido; sólo el egoísmo es útil para triunfar.

"Era un mundo cínico que se vanagloriaba del fango del que había salido. Era la época en que, cuando se le preguntaba a un nuevo rico cómo había ganado «todo ese dinero», el susodicho respondía sonriendo: «¡Pues en la guerra, como todo el mundo!»"

Es asombroso el modo en el que la Nemirovsky fue capaz de captar perfectamente el espíritu de los tiempos en los que vivió, cómo radiografió a sus compatriotas y entendió el declive moral que caracterizaba la sociedad de su siglo y que la llevó a destrozarse, no una, sino dos veces consecutivas en pocos años en las dos grandes guerras que arrasaron el continente y a dejarse llevar por la irracionalidad de los nacionalismos y fanatismos que le terminarían costando la vida a la propia autora. 

sábado, 30 de octubre de 2021

Un domingo en Ville D´Avray

En "Un domingo en Ville D'Avray" nos encontramos con un relato intimista de la mano de Dominique Barbéris, autora que ha visto cómo esta pequeña novela entraba en la final de los premios Goncourt y Femina.

Las protagonistas son dos hermanas; una de ellas, la más joven, vive en Paris rodeada de un ambiente intelectual y culto mientras que la otra reside en Ville D'Avray, una tranquila localidad del extrarradio, un lugar más bien aburrido y donde los días transcurren cargados de la monotonía y la seguridad que caracteriza la vida cotidiana de las clases medias. Entre las confidencias compartidas por las hermanas aquel domingo surge la inesperada confesión de la mayor sobre una relación clandestina que mantuvo con un extraño hombre, encuentros amparados por las tardes cortas del invierno, citas en cafés o paseos por los parques. Aquel era un hombre del que no sabe nada, un extranjero, un extraño. El deseo de escapar de su rutina y de su existencia anodina es lo único que la motivaba para seguir adelante con esa extraña relación.

La novela es muy breve pero condensa en sus pocas páginas el retrato de las dos hermanas, su pasado común y sus diferentes caracteres. Se inicia describiendo con precisión los sentimientos que inspiran los domingos, la melancolía de la infancia, de aquellos domingos de entonces, mientras que se desliza hacia el presente, al tedio que domina las vidas de los ordenados barrios residenciales donde la paz que prometen se convierte en atonía vital y falta de emoción. La autora penetra con delicadeza en las relaciones fraternales, en el cariño y la complicidad de la infancia que, con el paso del tiempo se va plagando de secretos y silencios. Una mirada actual a la familia, el matrimonio y las relaciones humanas, con sus complejidades y sus problemas atemporales.

"Los domingo, algunas cosas se te viene más a la memoria, ¿no te parece?

Los domingos, una piensa en la vida."

martes, 30 de marzo de 2021

El gran cuaderno

"El gran cuaderno" es el primero de los libros que componen la trilogía de Agota Kristof con Claus y Lucas como protagonistas (aunque sus nombres no se mencionan en ningún momento) Estos dos hermanos inseparables a los que su madre lleva a la casa de su desconocida abuela para librarlos de los peligros de la guerra en la ciudad son unos personajes que, debo confesar, se me han atragantado, tal vez porque me esperaba encontrarme con una historia de inocencia y crecimiento y lo que me he encontrado ha sido una de supervivencia y crueldad. Los chicos pronto aprenden a defenderse frente a todo aquello que les puede hacer daño: el dolor y el hambre, los insultos de otros chicos, el duro trabajo al que los somete su desalmada abuela... Ellos mismos se someten a duros entrenamientos que endurecen sus pequeños cuerpos pero sobre todo su carácter y su voluntad, 

En el pequeño pueblo la guerra ha provocado el cierre de la escuela pero los hermanos estudian por su cuenta: en su gran cuaderno practican la escritura, hacen dictados de la Biblia y se corrigen mutuamente las tareas; también aprenden con facilidad el idioma del ejercito enemigo lo que les reporta gran beneficio. Su inteligencia extraordinaria y todos los nuevos aprendizajes, sin embargo, no los hace mejores personas, no los vuelven más humanos, más bien al contrario: cada vez son más brutales, más crueles, como animales salvajes que sólo persiguen su propia subsistencia guiados por su instinto. 

Con el falso aspecto de un cuento infantil donde dos pobres niños deben superar grandes penalidades, la historia adolece de un gran defecto: los protagonista son dos seres amorales, ni malos ni buenos, simplemente desconocen la diferencia entre el bien y el mal, son dos cachorros carentes de conciencia que sólo tratan sobrevivir. Capaces de lo mejor y de lo peor, de ofrecer su ayuda a quien la necesita y también de acabar con la vida de quien así lo merezca. Es cierto que los episodios por los que deben pasar son terribles, son numerosos los episodios en donde el sexo se vive como algo cercano al instinto animal más básico, los niños crecen aceptando la violencia y el dolor como elementos esenciales de la vida de los que deben huir empleando cualquier medio y donde sólo se respetan a ellos mismos. 

Por ahora no me planteo continuar con las dos entregas siguientes de la trilogía ya que me ha quedado un muy amargo recuerdo de esta historia tan cruel y de estos dos pobres niños carentes de sentimientos y de empatía. Dos pequeños salvajes, pero no tan buenos, en absoluto, como lo imaginó Rousseau. 

domingo, 8 de noviembre de 2020

Nos vemos allá arriba

Descubrí a Pierre Lemaitre a través de su faceta de autor de novelas policíacas con la serie del inspector Camile Verhoeven de la cuál me fascinó su capacidad de sorprender al lector con sus tramas altamente inquietantes y sus giros sorprendentes. Y después del éxito de aquella colección el autor dio un giro para adentrarse en otros géneros con igual acierto, así que tras la interesante "Tres días y una vida" me adentro ahora en su serie de ficción histórica situaba en torno a la I Guerra Mundial y siempre con París como escenario principal.

"Nos vemos allá arriba" inicia su acción en noviembre de 1918, a pocos días del armisticio que pondrá fin a la guerra, días en los que el ánimo ente los soldados del frente es básicamente de impaciencia y expectación ante la promesa del deseado regreso a casa y la esperanza de recuperar pronto sus vidas de antes. Un acto irresponsable y egoísta por parte del teniente Pradelle, un oficial ansioso por hacer méritos que le reporten un interesante ascenso antes del próximo fin de la guerra, obliga al batallón de soldados a sus órdenes a asaltar una colina cercana, acción en la que los soldados Albert Maillard y Édouard Péricourt se verán arrastrados al borde de la muerte y sufrirán unas consecuencias que dará lugar a que nunca vuelvan a ser los jóvenes ilusionados y llenos de proyectos que eran hasta ese momento.

Una vez desmovilizados, Pradelle alcanzará un gran éxito económico, emprenderá boyantes negocios y entrará a formar parte de la élite del país gracias a un acertado matrimonio y la falta de escrúpulos para aprovecharse de las circunstancias, mientras que Maillard y Péricourt se convertirán en dos miserables excombatientes quedando relegados a los más bajos escalones de la sociedad. Albert abandona sus planes de casarse con su novia Cecile y llevar una feliz y sencilla vida burguesa, mientras que Edouard desaparecerá literalmente del mundo haciéndose pasar por fallecido para no volver junto a su adinerado e intransigente padre; convertido en un completo incapacitado, optará por vivir escondido de todos, quedando bajo los cuidados de su amigo Albert.

La historia que nos cuenta Lemaitre está plagada de cadáveres, de cuerpos destrozados y mutilados, de almas rotas, algunos con daños bien visibles y otros invisibles a simple vista, de hombres absolutamente corrompidos por dentro, "inválidos del corazón", víctimas todos de la guerra. Nos encontramos con especuladores que hacen negocio a costa del dolor ajeno y de oportunistas que se enriquecen gracias al homenaje a los héroes caídos, mientras que los excombatientes a los que se debería honrar adecuadamente por el sacrificio realizado por el país no son más que unos desgraciados de los que nadie se preocupa y que malviven arrastrando sus lesiones y apenas subsisten con unas exiguas pensiones y ningún reconocimiento por parte de sus conciudadanos. La novela nos muestra un amargo retrato de personajes llenos de claroscuros, de matices, intensos y profundos, que no siempre son completamente positivos o negativos sino hombres con debilidades y sufrimientos que se mueven por maldad, por codicia, por cobardía, miedo o remordimientos, mostrando las numerosas y variadas respuestas del ser humano frente a las dificultades que la vida les plantea. Un novela muy intensa y altamente recomendable que muestra que nada bueno resulta nunca de las guerras.

jueves, 23 de julio de 2020

The tatooist of Auschwitz (El tatuador de Auschwitz)

Son muchos, algunos considerarán que demasiados, los libros escritos en torno al tema de Auschwitz y el Holcausto, bien como ficciones noveladas o a través de testimonios personales de tantos supervivientes que se han decidido a contar en algún momento su propia experiencia. No sé hasta qué punto puede ser criticable esta sobreabundancia de publicaciones sobre este asunto que incluso llega a ser considerado en ocasiones como un tema "de moda", ya que es muy comprensible el interés por todo aquello que ocurrió durante uno de los periodos más negros de la Historia de Europa y del de la Humanidad, unos hechos que siguen atrayendo a los lectores, ávidos por conocer y descubrir los horrores de aquellos días y que hacen que estos relatos sigan conviertiéndose en éxitos de ventas tanto tiempo después de haber ocurrido los hechos que relatan.

Lo más peculiar de este libro, "The tattooist of Auschwitz", sería el modo en que se gestó su elaboración, tal y como lo cuenta al inicio su propia autora Heather Morris, exitosa guionista australiana, que entra en contacto con el anciano Lale Sokolov que se ofrece a compartir con ella sus experiencias sobre su paso por el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, con lo que Morris se plantea elaborar un guión cinematográfico que posteriormente acabaría convertido en la actual novela. La relación personal trabada entre la autora y su entrevistado forma parte también del argumento del libro que constituye un emocionante homenaje a un superviviente de aquel horror que podemos conocer prácticamente de boca de su protagonista

Al joven Lale Sokolov lo suben a un tren en su Eslovaquia natal junto a varios centenares de judíos como él con el pretexto de enviarlos a trabajar para el gobierno alemán que ha invadido su país, a cambio de la falsa promesa de que la seguridad de sus familias quedará así asegurada, dado que sus hombres se encuentran colaborando con los alemanes. El joven Lale es un muchacho elegante y educado que domina varios idiomas y no imagina que en realidad están siendo trasladados a Polonia, al campo de concentración de Birkenau donde tendrá que aprender a sobrevivir a base de obedecer y observar. Su formacion y la suerte le llevan a ocupar el puesto de tatuador del campo, encargado de la tarea de marcar en el antebrazo a todos aquellos que llegan hasta los campos de Birkenau y al vecino Auschwitz con el tétrico número que identifica a cada preso.

Las condciones vida de las que "disfrutará" Lale son significativamente mejores que las de la gran mayoría gracias a que su trabajo le granjean el privilegio de evitarle el ser ocupado en otras tareas más penosas o peligrosas, al igual que estar mejor alimentado que los demás presos. Pero también se encuentra por ello en la situación de ser considerado por algunos como un colaboracionista por su contacto cercano con los carceleros y el trato más favorable que recibía, lo que supone un peso que cargará sobre la conciencia toda su vida. Pero ello no significa que no le tocara luchar contra el tifus, el hambre y tantas otras penurias como ser castigado ocasionalmente a realizar trabajos más laboriosos en alguna ocasión en que fue pillado realizando trapicheos para conseguir comida o medicinas que repartía entre los demás o pasar por el sufrimiento de perder muchos compañeros y amigos.

Su propia supervivencia dentro de aquel infierno será su prioridad, pero eso no quita para que trate de ayudar a todo el que sea posible; si bien no pueden hacer grandes cosas, sí que se aplica al aforismo judío que afirma que "quien salva a un hombre salva al mundo entero" con lo que se centra en pequeños actos de solidaridad cotidianos. Y es que en el peor lugar del mundo y en las circunstancias de mayor dificultad es posible ver florecer la amistad e incluso encontrar el amor como le ocurre a Lale cuando conoce a a Gita y durante tres años ambos tratan de mantenerse sostenidos por la esperanza de una vida juntos fuera de aquel lugar y hasta se atreven a hacer planes de futuro apoyados en la firme decisión de sobrevivir al infierno.

El relato abunda en reflexiones sobre el valor de la dignidad humana, sobre la consideración del hecho de que una raza que engloba gran diversidad de nacionalidades, realidades diversas y multitud de personas individuales, pudiera ser considerada como un posible riesgo para la seguridad o la integridad de cualquier país. Una de las cosas que más dolieron a Lale fue experimentar cómo el ejército eslovaco, sus propios compatriotas, entregaron a los judíos como él a los alemanes, tratarándolos como a bestias a causa exclusivamente de haber sido educados en una religión diferente cuando hasta entonces habían sido ciudadanos exactamente iguales a todos los demás con independencia de sus creencias.

El libro centra su argumento en los años pasados por Lale en Birkenau, pero se adivina, por el rápido repaso que al final hace por el resto de su vida hasta que, ya viudo y anciano, decide contar su experiencia a la autora, que los años posteriores también podrían constituir un buen argumento para otro interesante libro. Por lo pronto, en este se nos ha contado una parte significativa de una vida intensa, tal vez sus capítulos más desgarradores, una pieza de las muchas que conforman el gran relato del Holocausto judío.
"...una historia de dos personas ordinarias viviendo en un tiempo extraordinario, privados no sólo de su libertad sino de su dignidad, sus nombres y sus identidades y es el relato de Lale de lo que tuvieron que hacer para sobrevivir"

miércoles, 10 de junio de 2020

Invierno en Viena

La escritora alemana. Petra Hartlieb que triunfó hace unos años con su estupendo relato autobiográfico "Mi maravillosa librería" en el que nos relataba con mucho humor las desventuras de sus inicios como librera, regresa al panorama editorial con esta novela de inspiración clásica, "Invierno en Viena", en la que, sin abandonar su amada ciudad de adopción, la autora nos transporta en esta ocasión a la Viena de principios del siglo XX, a una ciudad bellísima incluso bajo la nieve implacable y sobre todo una ciudad llena de cultura: de librerías y teatros, con una animada vida social y comercial que atrae a muchas personas que, como nuestra protagonista, la joven Marie, llegan a la ciudad desde pequeñas poblaciones rurales tratando de encontrar una colocación con la que ganarse la vida. Marie ha trabajado desde bien niña, primero ayudando a su familia y pronto, tras abandonar la escuela, en una granja y también como criada. Pero por suerte para ella logra colocarse de niñera en casa del doctor Arthur Schnitzler, afamado dramaturgo que confía en su capacidad y donde pronto logrará hacerse con el cariño de los niños a los que ciuda y con la confianza del doctor, lo que le permite confiar en que podrá conservar su puesto y seguir disfrutando del confort y la seguridad que le proporciona su nuevo trabajo. Incluso tendrá la fortuna de descubrir el amor de la mano del joven ayudante de la librería que frecuenta su patrón.

Esta es una historia breve y sencilla, sin grandes dramas ni sobresaltos argumentales, protagonizada por personajes mayoritariamente positivos y cuya narración transcurre de manera casi lineal, a excepción de los breves momentos en que los recuerdos nos trasladan a la infancia de Marie y a los días menos afortunados de su pasado que parecen quedar muy lejos ya. Los escenarios actuales donde se mueve la joven son, sin duda, mucho más acogedores que los que conoció en el pasado: desde la residencia de los Schnitzler a la librería o las hermosas calles y jardines de la ciudad, la novela, al igual que la nueva vida de Marie, transcurre con placidez en un ambiente nevado y casi mágico que nos acerca al día de Navidad como si nos encontráramos inmersos en un cuento clásico. Una pequeña novela, por tanto, llena de encanto y optimismo que tal vez no figure entre las lecturas más memorables del año pero que sin duda he disfrutado enormemente.

domingo, 3 de mayo de 2020

Un caballero en Moscú

En ocasiones sucede que tendemos a elegir lecturas que se adapten a nuestro estado anímico, a nuestras circunstancias personales o a nuestro humor del momento. Y a veces esta coincidencia se produce por pura casualidad, sin haberlo pretendido. Esto es lo que me ha ocurrido con "Un caballero en Moscú", esta maravillosa novela del norteamericano Amor Towles que nos relata una historia de reclusión que resulta que ni pintada para estos tiempos de confinamiento que nos han tocado vivir.

La novela nos sitúa en el Moscú de 1922 con un noble ruso como protagonista, un personaje que fácilmente podría haber desfilado entre las páginas de "Guerra y Paz". Probablemente, una vez que ha triunfado la revolucion bolchevique, el conde Alexander Ilich Rostov sea uno de los últimos representantes que quedan en Rusia de aquel mundo desaparecido de privilegios, elegancia, lujo cosmopolita, sensibilidad por las artes, la poesía y la belleza, la última prueba viviente de todo aquello que la revolución se llevó por delante.
"Vyshinski: ¿Profesión? 
Rostov: No es propio de caballeros tener profesión. 
Vyshinski: De acuerdo. Entonces, dígame, ¿a qué dedica su tiempo? 
Rostov: A cenar, conversar, leer, reflexionar. Los líos habituales. 
Vyshinski: ¿Y escribe poesía? 
Rostov: Me defiendo bien con la pluma."
Una condena del tribunal revolucionario a raiz de unos versos supuestamente ofensivos obliga al conde a permanecer confinado a perpetuidad en el lujoso hotel Metropol de Moscú. Aquel local constituye de hecho desde hace años su residencia habitual, pero su lujosa suite será sustituída ahora por un triste cuartucho en la buhardilla donde arrumbarán lo poco que le permiten conservar de sus pertenencias. Su existencia se reducirá a partir entonces a los límites hotel: sus restaurantes, el piano bar, la barbería o la azotea se convertirán en su nuevo y limitado universo. Desde su nueva ubicación el conde conserva su espíritu exquisito gozando de suculentas comidas, lecturas y conversaciones y entablando nuevas y estrechas relaciones con el personal al servicio del hotel; los camareros, el botones, el cocinero, el barman o la costurera constituyen su nuevo círculo social, así como los huéspedes que van y vienen que ya no son los que solían frecuentar el establecimiento, ahora sustituídos por gerifaltes y fieles servidores del nuevo régimen imperante.

Con un humor sutil y delicado seguimos las andanzas del conde que, careciendo de un carácter arrojado o aventurero, no se considera un héroe pero tampoco una víctima de su situación; su forzado confinamiento lo superará a base de recuerdos de su glorioso pasado y, al estilo de un nuevo Robinson Crussoe, adaptándose al nuevo entorno, buscando entre los recursos disponibles la solución a sus nuevos problemas y en sus expediciones por los pasillos y vericuetos del hotel contará con la compañía de una pequeña hija del régimen, una niña inquieta y curiosa que le acompañará en esta nueva aventura vital y que tendrá un papel fundamental en su vida.

No pudiendo ser considerado una comedia, el libro se lee con una sonrisa permanente, se contagian a la escritura el ingenio, la desenvoltura y la ligereza que caracterizan el comportamiento del conde, su despreocupación para enfrentarse al mundo, su regocijo en el goce de los más sofisticados placeres, desde la literatura hasta la buena mesa o el ballet, ensalzando siempre las grandes figuras de la Gran Rusia, de Chaikovsky a Tolstoi, en muchos casos sirviéndose de sus recuerdos para sobrevivir a la realidad que va cambiando radicalmente según el régimen comunista se afianza y refuerza. Y a todo ello se enfrenta nuestro protagonista con naturalidad, sin dejar nunca de lado los buenos modales, una elegancia natural en las formas y los principios, la prevalencia de la estética como primer mandamiento a cumplir y esa ligereza y desenfado con los que el conde vive su situación y que se reflejan sin duda en el estilo de la redacción, en la alegría y la elegancia de la narración que se convierte en un dulce placer que se disfruta de principio a fin.
"—Quién podía imaginar —dijo—, cuando te condenaron a arresto domiciliario perpetuo en el Metropol, hace ya tantos años, que eso te convertía en el hombre más afortunado de toda Rusia."

viernes, 3 de abril de 2020

Miedo

Stefan Zweig es un reconocido maestro en retratar la sociedad burguesa europea de su época, principios del siglo XX, y con ella, toda la sociedad occidental en cualquier momento, tanto en lo referido a su aspecto exterior formal como en su capacidad de introducirse en su pensamiento, en su mentalidad y describirnos su forma de pensar, su modo de enfrentarse al mundo y de entender su realidad.  En esta novela corta titulada "Miedo" nos encontramos con el relato de los padecimientos de Irene, una joven burguesa felizmente casada, o al menos tan felizmente como marcan los cánones de la sociedad burguesa del París de primeros de siglo, pero a pesar ello decide embarcarse en una aventura amorosa con un joven amante, romance que no responde a una auténtica pasión sino a un deseo de experimentar nuevas sensaciones y sacudirse el aburrimiento y la vacuidad general en la que vive a diario. Pero todo se le complica cuando es descubierta por antigua una novia del amante, una mujer ordinaria y zafia que le recrimina su actitud y que procede a continuación a acosarla y a chantajearla con la amenaza de dar a conocer su delito.

La novela nos retrata una enorme variedad de sentimientos humanos: la vanidad, la frivolidad, el egoísmo, pero fundamentalmente el miedo: a ser descubierta en su falta, a perder el estatus conseguido, a perder el aprecio y el respaldo de la sociedad, a quedar marcada. La protagonista se ve acosada por la culpa, por el peso de la conciencia pero no por arrepentirse del mal hecho sino por las consecuencias que éste acarrea.

Muestra el autor la gran oposición entre el mundo burgués que proporciona seguridad y bienestar a sus miembros a cambio de mantener la corrección, de ajustarse a las normas impuestas y las buenas costumbres, "su mundo estrecho, ordenado", frente al ambiente bohemio en el que se mueve el amante o las formas de vida del vulgo, de los trabajadores pertenecientes al pueblo bajo, que actúan guiafos guiados por normas diferentes a todo lo que Irene conoce y que le hace tener claro que no está dispuesta en ningún caso a arriesgar lo que tiene por causa de un absurdo romance que no es más que el erróneo capricho de una mujer veleidosa, favorecida por la buena fortuna y carente de auténtica conciencia del mal ni de lo que es éticamente correcto, más allá de lo que puede resultar adecuado o no a sus intereses personales. Otro impecable retrato moral y social del infalible Zweig, cuyas obras, como ya sabemos los que gozamos del placer de disfrutarlas, se pueden contar por triunfos.

sábado, 30 de junio de 2018

Domingo

El relato que da nombre a esta colección de textos, "Domingo", de Irène Nemirovsky, es de un nivel tal que justificaría por si solo la publicación de este volumen. En él encontramos a una mujer adulta, serena, que encuentra la felicidad en la paz y el silencio del hogar, despojada de las ansias y el frenesí del amor. Por otra parte está su hija de veinte años, pletórica de ganas de vivir, de amar, de descubrir todo lo que la vida le reserva, "Hay momentos en los que no te costaría nada echar a volar" Tan centrada en su propia felicidad que no puede ni imaginar que su madre alguna vez se sintió como ella y que todo eso acabará por pasar, que la juventud y el amor no son más que conceptos idealizados y pasajeros. La familiar a se completa con una hija pequeña en la que aún no se adivina el futuro, qué clase de mujer será cuando madure y un marido egoísta y que busca demostrarse a si mismo su intacta virilidad con una interminable sucesión de amantes ocasionales. Lo más destacable al leer este relato es que la autora crea una atmósfera, un escenario de tal intensidad, donde sientes que podrías irte a vivir, de tan atractivo y cautivador como resulta.
"Suspiró. Se dejó invadir por una una extraña y melancólica felicidad, una paz deliciosa. El silencio, las habitaciones desiertas, la certeza de que nadie la molestaría hasta la noche, de que ni un paso ni una voz extraña penetrarían en aquella casa, en aquel refugio..."
Las obras de Nemirovsky retratan a la burguesía europea de primeros de siglo, los franceses, los rusos, gente moderna y sofisticada, los que sobreviven a la guerra y los jóvenes que no la conocieron, criados en una educación sentimental que hace a las jóvenes anhelar un amor que aún desconocen, los jóvenes que se sienten en la cima del mundo, poderosos y siempre mirando a los mayores por encima del hombro, lo tienen todo: juventud, belleza, el mundo a sus pies mientras que los personajes maduros miran el mundo con resignación, cuando no con amargura, echando la vista atrás y lamentando sus errores.

Los relatos no siempre tienen una estructura completa con un desenlace sorprendente o cerrado, son escenas captadas de la realidad, personajes que coinciden, conversaciones, son pedazos de vida donde el argumento es superado por la observación del entorno o por las reflexiones sobre la propia existencia, Nemirovsky ahonda en lo más profundo de los corazones y las mentes, describe aquello que ocultan las almas de sus personajes. Dos mujeres diferentes que coinciden en un bar en Nochevieja, o dos judíos en una estación de tren, soldados crueles, solteronas que ven pasar la vida desde su ventana, historias de criados y señores, de hijos que sólo al llegar a adultos descubren la verdad sobre sus padres y pueden comprenderlos, escenarios mágicos como la dacha abandonada entre la nieve, con su biblioteca intacta. París, Finlandia, la guerra, los magníficos paisajes nevados o las calles tranquilas de la ciudad, las turbas arrastradas por el frenesí de la revolución, los paisajes que recorremos en estos relatos son los mismos que conoció la autora, huida con su familia judía desde Ucrania, huyendo de los bolcheviques y acabando en Francia viviendo con las comodidades de burgueses cultos e intelectuales y todos esos son también los lugares donde se mueven sus personajes, recorre los mismos sitios donde ella vivió y conoce bien.

Con delicadeza, sensibilidad y una genialidad narrativa que me sorprende cada vez que tengo la suerte de disfrutar de su obra, la autora se introduce en las mentes pero también nos retrata las sensaciones, el entorno, los matices de la observadora acertada, de la que ve el mundo con los ojos de cada personaje. Y especialmente la forma en que la melancolía traspasa todas sus historias, la pena, el remordimiento, las emociones traspasan el papel y llegan al lector, como lo hacen sus maravillosas descripciones. Leer a la Nemirovsky es un lujo que nadie se debería perder.
"Atravesé el bosque a toda prisa. ¡Qué silencio...! Ni un soplo de brisa. El aire helado, con su olor a nieve, a abeto, a madera fresca, mezclados con el aroma de un fuego muy lejano, dilataba los pulmones y producía una sensación de embriaguez. En el norte, el acto de respirar puede convertirse en un auténtico placer físico"

jueves, 29 de marzo de 2018

El deshielo

"Hace poco leí en algún sitio que con el dinero que un fumador gasta en cigarrillos al año se podría pagar unas vacaciones. Nadie ha investigado si hay personas que fuman para no tener que irse de vacaciones con su familia."
Ahí va, para abrir boca,  una de las reflexiones que se hace la joven protagonista de "El deshielo", la novela que supone el debut de la belga Lize Spit  y que pueden dar idea del tono con el que nos vamos a encontrar a lo largo de su lectura. En ella conoceremos a tres amigos, una chica y dos chicos: Eva, Pim y Laurens, los únicos niños nacidos en el año 1988 en un pequeño pueblo belga; tan escasa fue la promoción que ni siquiera en la escuela les concedieron una clase propia, sino que los acoplaron en el curso superior, una isla entre los alumnos mayores. Las circunstancias en las que crecen los tres amigos darán lugar a una estrecha camaradería que se nos va retratando y descubriremos una infancia vivida en un entorno rural, un lugar donde nada destaca ni es especialmente reseñable, con excursiones en bicicleta, baños en la laguna y descubriremos tambien la sombra permanente de la muerte de Jan, hermano de Pim, que siempre les ronda. Hasta que la adolescencia comienza a asomar y las diferencias aparecen, la unidad de "los tres mosqueteros" comienza a debilitarse. Tienen sus primeras aproximaciones al sexo de manera vergonzante, triste y sucia, como una obligación con la que deben cumplir necesariamente.

Transcurridos el tiempo, Eva regresa al pueblo tras nueve años sin pasar por él ni visitar a sus padres, para acudir a una reunión en la que los tres amigos se reunirán de nuevo. Regresa a los perturbadores recuerdos de una infancia terrible junto a unos padres con tendencias suicidas, problemas con la bebida, un hogar lleno de inseguridades, unos hermanos que carecen absolutamente de calor de hogar y que comparten unos años de crecimiento doloroso. No hay nostalgia en el repaso que va haciendo Eva porque aquellos fueron unos años de desconcierto, inseguridades y sórdidos secretos.
"Cuanto más patrullaba por esta casa de niña, más en casa me sentía en la de otros. Aunque en la carnicería de Laurens había cuchillos afilados, cuencos llenos de tripas y carcasas colgadas de ganchos, yo nunca tenía que estar alerta. Incluso si hubiese pasado algo grave allí, no habría sido culpa mía puesto que no me correspondía a mí evitarlo."
El grueso de la narración se centra en los años pasados, ya que incluso las escenas en las que vemos como Eva regresa a su pueblo se centran fundamentalmente en reflexiones y rememoración de aquellos días, dejándonos para el final la razón de ser de que la joven haya cargado en el maletero de su coche con un enorme bloque de hielo cuya finalidad desconocemos. Sólo sabemos que Eva tiene un plan, una venganza en mente, desconocemos exactamente el motivo y hacia quién va dirigida esa venganza, pero según hemos ido conociendo su pasado, según avanzamos en la inquietante lectura que nos incomoda a cada monento, nada nos podría sorprender. ¿O sí?

Me ha sorprendido que una primera novela de una escritora bastante joven como es este caso pueda estar tan cargada de amargura, pueda reflejar una infancia donde apenas vislumbramos un atisbo de felicidad, de positivismo. Esta ha sido una lectura que me ha dejado bastante marcada por esa tristeza, por esa falta de ilusión y por semejante desesperanza en personajes tan jóvenes. Eva es un personaje inmensamente triste, una chica hipersensible al dolor ajeno, que busca ser amada, aceptada y no lo consigue nunca.
" (...) Lo que nosotras tenemos no es un don, no es un talento, es una responsabilidad que nos han endosado. Un radar para el dolor ajeno. 
Se quedó callada un momento. La miré. Me costaba imaginarme que ella también había tenido trece años. Que hubo un tiempo en que aún podía ser todo lo que quisiera. 
—Puede compararse con una cámara de infrarrojos, sólo que nosotras no buscamos el calor de los demás sino el frío, el vacío."