La ley del hambre

"La ley del hambre" ha sido mi estreno con esta pareja de escritores, Ana Ballabriga y David Zaplana,  que escriben a cuatro manos, por lo general obras de misterio y de género negro, y llevan ya con esta ocho novelas publicadas. A Ana Ballabriga la sigo desde hace algún tiempo en su podcast semanal "Un día de libros", pero hasta este momento todavía no había leído ninguna de sus novelas. 

En este caso nos encontramos con dos protagonistas principales: por una parte, Vera es una periodista concienciada con temas de protección del medio ambiente. Es despedida de su trabajo por un artículo que incomoda a una poderosa empresa y a casi al mismo tiempo recibe una herencia inesperada que la lleva a trasladarse hasta la localidad oscense de Candasnos, en Los Monegros, donde se encuentra instalada la citada empresa dedicada a la producción de semillas transgénicas. En este mismo lugar se encuentra un guardia civil de nombre Caín Álvarez recién destinado al pueblo y que se encuentra investigando el ataque de una bestia desconocida, además de descubrir que en los últimos tiempos se han producido varias muertes entre los habitantes del pueblo causadas por distintos animales, aunque no parece que las autoridades hayan establecido ninguna conexión entre ellas. Las investigaciones de Vera y de Caín acabarán coincidiendo sobre los mismos objetivos. 

En paralelo a estas dos líneas narrativas, conocemos la historia de la joven Calixta que en los años setenta lucha por salir adelante abandonado Candasnos tras un brevísimo matrimonio con final dramático para dedicarse a servir en Barcelona. Allí acabará triunfando en el mundo del espectáculo, aunque su vida será bastante dramática y no llegará a encontrar la felicidad. 

La novela tiene también otros hilos temporales situados en la Guerra Civil y en los años de la posguerra, con numerosos personajes cuyas vidas se entrecruzan a lo largo del tiempo. Todas son historias duras y amargas llenas de miserias, protagonizadas por individuos sin alegría ni esperanza, pobres, desilusionados con el mundo, crueles y desgraciados y que protagonizan con frecuencia escenas sórdidas y violentas. 

Las tramas confluyen en el momento actual donde nos sorprenderá descubrir que, tras estar sometidos a los caciques locales durante décadas, una revolución libertaria se viene gestando desde hace treinta años y está lista para ser iniciada. Y también nos encontraremos con antiguas maldiciones, con objetos mágicos con poderes sobrenaturales y acabamos sumergidos en una fantasía digna de la más pura ciencia ficción en torno a los dilemas morales que plantea la ingeniería genética, y la experimentación científica con personas y animales. 

No hay duda de que los autores han unido toda una serie de elementos de lo más dispar en esta frenética novela que va creciendo capítulo a capítulo desde un suceso situado en un pequeño pueblo sin relevancia hasta toda una conspiración a escala mundial con un final escalofriante en lo que se refiere a las conexiones que establece con los orígenes de la pandemia del coronavirus. Por momentos he pensado que estaba ante un batiburrillo disparatado, pero no negaré que finalmente ha resultado un batiburrillo muy entretenido, que te atrapa y que se lee con fruición y que ha constituido una lectura perfecta para las vacaciones.