Se trata de una entretenida novela que transcurre entre Bilbao y Nueva York donde reside Steve Beasko, un neoyorquino hijo de emigrantes vascos que ha luchado en la II Guerra Mundial, ha sido policía y detective y ahora ocupa un cómodo puesto como investigador en una compañía de seguros. Su amistad con John Calvin Van Looy III, miembro de una de las más ricas y poderosas familias del país y con el que coincidió en el frente, le permite asomarse, aunque sólo sea como curioso espectador, a ese mundo de fortuna y poder. Cuando Van Looy le propone que le acompañe a España y le ayude en la misión de recuperar el cuerpo de su primo Jefferson, muerto en una cárcel del País Vasco durante la Guerra Civil española, el detective desconoce la naturaleza de la verdadera investigación que deberá emprender una vez llegue a la tierra de sus padres. El Bilbao que va a conocer Beasko es una urbe triste y arruinada, como corresponde a una ciudad a la que le tocó caer del lado de los perdedores de la guerra.
"Cuando mis padres me hablaban de la tierra en la que habían nacido para ellos todo era hermoso y radiante, como si se viviese en una primavera eterna, lo que parece bastante difícil en un país con un clima tan lluvioso. Es posible que la distancia distorsionara su visión, pero también que se notaran los estragos de una guerra en la que sus paisanos habían sido perdedores. Y continuaban siéndolo, como se lo recordaban día a día las autoridades civiles y militares."
La novela nos transporta hasta unos escenarios que nos evocan el cine negro de los años 50, en una Nueva York de bares de jazz, mafiosos y hombres tocados con sombrero que no dudan en tirar de pistola si la situación así lo requiere. Este aire de novela negra se aprecia en detalles y abundantes referencias a artistas de la época o cuando Beasko se refiere al detective Sam Spade, personaje mítico de Dashiell Hammett, como un viejo conocido suyo. Y de aquí nos trasladamos hasta la España de posguerra que sorprenderá al hijo de emigrantes que descubrirá el país de sus padres con ojos de extranjero. Mientras investiga las circunstancias de la muerte de Van Looy y gestiona la recuperación de sus restos, Beasko se topa con una dictadura que da sus primeros pasos, un país que todavía arrastra los efectos de la guerra, el miedo generalizado, la corrupción de los poderosos que gobiernan el país sin cortapisas como vencedores que son del conflicto que aún está muy reciente en la mente y en el día a día de la población. La estancia de Beasko en Bilbao le permite acercarse a la realidad de sus ciudadanos, al miedo y la escasez entre las que viven los españoles. Más amante de un buen whisky que del vino peleón o de la achicoria con leche que consumen los bilbaínos, Beasko apreciará sin embargo la deliciosa repostería local y, como no puede ser de otro modo, quedará prendado de la valiente y dura enfermera Itxaso Arizmendi que le ayudará en la misión que le ha sido encomendada.
La lectura de la novela es fácil y ligera. Si bien muchos de los personajes franquistas están retratados como figuras algo sobreactuadas en su rígida adhesión al régimen gobernante, el retrato de la época y de los escenarios es bastante equilibrado. Se agradece además el ligero toque de humor que recorre toda la novela donde nada se trata de manera demasiado seria ni dramática y donde la trama policiaca se sobrepone a la crítica política y social. Ha sido una agradable experiencia leer a este autor que, desgraciadamente, falleció en mayo de 2022 pero que deja una buena colección de novelas que nos permitirán seguir conociéndolo a aquellos que hemos llegado tarde a descubrirlo.
Parece que la has disfrutado pese a que los personajes no te hayan convencido del todo. La tendré en cuenta, que del autor no he leído nada aún.
ResponderEliminarBesotes!!!
Los protagonistas sí que son bastante atractivos; son algunos secundarios los que me han parecido más forzados, pero la novela resulta muy entretenida y es bastante recomendable.
EliminarSaludos.