Acompañamos al periodista en sus muchos paseos trufados de lugares y monumentos bellísimos, rincones curiosos o pintorescos y su relato va navegando por la fascinante Historia de la ciudad y también y sobre todo por historias, esta vez con minúsculas, sobre personajes, habitantes peculiares de Roma y reflexiones sobre el carácter de los italianos, sus particularidades en los asuntos políticos, familiares o culturales. De Alberto Sordi a Berlusconi pasando por los últimos días de Juan Pablo II, en este libro nos encontramos con anécdotas y asuntos tan italianos como el arte, la burocracia, la corrupción, la figura de la mamma, el calcio, o el café.
Me gusta mucho este tipo de diarios urbanos que nos adentran en el corazón de las ciudades desde el punto de vista del extranjero que durante un breve periodo de tiempo, pueden ser unos meses o unos años, observa la ciudad entre sorprendido y maravillado, que nos transporta a sus lugares favoritos, nos pasea por calles, plazas y edificios, no necesariamente por los más famosos, sino aquellos que cobran más significado para el autor, los que protagonizan sus paseos cotidianos o se encuentran asociados a sus recuerdos más queridos o divertidos. Una buena lectura esta para reactivar nuestro amor por la Ciudad Eterna o para tomar notas para preparar un próximo viaje o, sencillamente, hacernos la ilusión de que este verano, al menos durante el tiempo que duró esta lectura, también nosotros hemos viajado de algún modo a Roma.
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