Al inicio de la novela comprobamos cómo Porter ha quedado muy tocado tras su encuentro con Anton Bishop y la abogada Sarah Werner que finalmente resultó ser la madre del asesino. Las sospechas del FBI recaen sobre él ya que lo consideran partícipe de los actos del Cuarto Mono, si no el principal sospechoso, por lo que lo retienen en custodia.
Mientras tanto, sus compañeros Nash, Clair y Klotz continúan con el caso apoyando a los federales, al agente Frank Poole y su superior Hurles que han tomado el mando de la investigación. Parece que Bishop cuenta con ayuda ya que vuelven a aparecer cuatro nuevas víctimas en lugares diferente y distantes, al tiempo que mantiene la amenaza de expandir el virus del Sars que tiene en su poder si los médicos no curan a su amigo y cómplice Upchurch. Mientras los agentes de campo tratan de atrapar al criminal, a Porter le permiten analizar los diarios de Bishop donde el criminal sigue narrando su infancia y dejando pistas que pueden conducir a entender y desentrañar el plan que está llevando a cabo.
La acción se desarrolla en unos pocos días absolutamente acelerados donde los sucesos se desarrollan a ritmo frenético. El caso se complica con mentiras y dudas sobre todos los personajes; no sabemos ya en quién podemos confiar, si hemos estado engañados o ciegos ante la realidad que se oculta tras los crímenes del Cuarto Mono. Descubriremos la cantidad de trampas que se han ido creando en torno a Porter, las sombras que envuelven su pasado y todo lo que trata de revelar el plan macabro de Bishop. Un culminación genial para esta trilogía que ha ido subiendo en potencia de libro en libro y que dejará en el lector un recuerdo difícil de borrar, seguro.
Me voy a tener qeu animar con esta trilogía, qeu me has dejado con muchas ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!
La verdad es que es una historia trepidante. Una buena opción para las vacaciones sería leerse las tres del tirón.
EliminarSaludos.