Gabriela López, las protagonista y narradora de la novela, recibe su título de maestra en la Escuela Normal de Oviedo en octubre del año 23, el mismo día en que se casan en esa ciudad la señorita Carmen Polo con el Teniente Coronel D. Francisco Franco Bahamonde. Comienza su carrera como maestra rural muy joven, descubriendo pronto el estado de pobreza e incultura en que se encuentra sumida buena parte de aquella España de principio de siglo. Cuando aprueba la oposición, debe elegir destino y guiada por si deseo de descubrimiento y servicio se decide por Guinea Ecuatorial, colonia española en aquellos tiempos, donde le sorprende la precaria situación de la población nativa y el trato de desprecio y minusvaloración que reciben de sus conciudadanos blancos procedentes de la metrópoli.
"La memoria selecciona. Archiva la versión de los hechos que hemos dado por buena y rechaza otras versiones posibles pero inquietantes."
Una enfermedad la obliga a regresar a la península y a partir de ahí continúa recorriendo los hechos más destacables de su vida: su matrimonio con Ezequiel, un maestro rural como ella, sus años como maestros en dos pequeñas aldeas cercanas en lo más profundo de los montes de León, el nacimiento de su hija que coincide con la proclamación de la II República, con cuyos principios ambos comulgan. Destaca su preocupación constante por sacar de la ignorancia a sus pequeños alumnos pero también a los adultos de los pueblos donde enseñan: organizan escuelas de adultos, forman en escritura y lectura, nociones básicas de Historia pero también higiene, cuidado de los hijos, etc., llenos de ideales y confianza en la posibilidad de cambiar el país, sacarlo de la ignorancia y la miseria, igual que las Misiones Pedagógicas que visitas el pueblo para acercar al pueblo el teatro, el arte y la cultura. Más adelante, son trasladados a un nuevo destino en los valles mineros de León donde Ezequiel se radicaliza políticamente posicionándose a favor de la revolución minera que deriva, junto con muchos otros conflictos obreros, en el estallido de la Guerra Civil.
El libro posee un gran valor como relato testimonial de la vida de una mujer independiente, cultura y comprometida en unos años difíciles y convulsos de nuestro país. A pesar de ser una obra ficcionada, la realidad en la que se basa, los hechos históricos que se cuentan son reales y están magníficamente reflejados. Sí que le pondría como pega que en ocasiones la narración me ha parecido demasiado fría, no llega a emocionar, algunos episodios se relatan de manera escueta, telegráfica incluso, tal vez por deseo de no caer en la sensiblería, creo que le falta algo de intensidad emocional, de manifestación de sentimientos más allá del relato de los hechos sin más. En cualquier caso, reconozco que es un libro muy bien escrito y que refleja una realidad histórica que merece ser conservada en la memoria.
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