Nos encontramos en los años de la Gran Depresión con su terrible recesión económica. En un tono de humor y en ocasiones.cargado de amargura, Sophia muestra sin reparos sus propias desgracias, detallando sus estrecheces económicas, la miseria y escasez en la que viven. Sus vivencias incluyen además terribles experiencias en relación con la maternidad: desde un parto de pesadilla hasta un aborto que le afectó profundamente, además del desapego que Charles siente por su hijo Sandro al que considera un impedimento para desarrollar su carrera artística, además de un gasto que no se pueden permitir, aunque él mismo no es más que un egoísta e inmaduro incapaz de vender ni un solo cuadro ni encontrar un trabajo que leer permita mantener a su propia familia.
Muchas de las escenas que se nos relatan son patéticas y muestran la situación de penuria que sufre la joven pareja, pero la manera de contarlo por parte de Sophia, con un inextinguible optimismo y sentido del humor, hacen que la novela no se lea como un drama, lo que podría ocurrir si sólo se tuvieran en cuenta los hechos narrados. La lectura resulta más alegre de lo que pudiera esperarse y muestra la capacidad de la Comyns para retratar una época y una clase social con veracidad y realismo cercanos al naturalismo pero sin incidir en lo negativo sino dejando espacio para la esperanza, el amor e incluso algo de felicidad.
No he leído nada de la autora aún. Tengo pendiente El enebro y voy a tener qeu apuntar ésta, que me ha llamado la atención.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ambas novelas son muy recomendables. Esta tiene un tono más humorístico mezclado con su parte de drama. Espero que las disfrutes en caso que de te decidas por alguna de ellas.
EliminarSaludos.