El volumen está compuesto por catorce miniaturas históricas, según reza el subtítulo, catorce relatos de variada extensión sobre otros tantos momentos cruciales de la Historia de la Humanidad, desde la Antigua Roma hasta el siglo XX, contadas con un estilo intenso, potente, sin reparar en elogios hacia las figuras históricas que protagonizaron los hechos que se narran.
Como ya he comentado, mi impresión general sobre el libro no ha sido demasiado buena; me ha resultado excesivo tanto heroísmo, el relato exaltado de tantas historias épicas, con un estilo rico en adjetivación, abundante en metáforas y grandilocuencia que me dejaban literalmente agotada tras alguno de los capítulos. Esto no quita para que sí que haya disfrutado con algunos de los episodios como es el caso del protagonizado por Händel, donde se recrea el proceso de composición de su soberbia obra "El Mesías" o el breve episodio de la ejecución finalmente cancelada de Dostoyevsky, tal vez precisamente por esa brevedad que compensa la gran intensidad del suceso narrado y la igualmente intensa forma de contarlo. Igualmente me ha entretenido el relato del tendido de las líneas de telégrafo a través del océano Atlántico entre Inglaterra y Norteamérica.
Otras narraciones de las que se compone el libro me han resultado poco atractivas e incluso pesadas, tal vez porque relatan hechos históricos de épocas que tienen menos interés para mí o por centrarse en episodios bélicos o heroicos que no han logrado atrapar mi atención. Así la conquista de Bizancio, las peripecias de Núñez de Balboa o los exploradores a la conquista del Polo Sur no han despertado mi interés. Entiendo que esto es debido a que los gustos personales del lector siempre intervienen a la hora de valorar una lectura y los temas tratados en algunos de estos episodios no han conectado con mis gustos.
No quiero con todo esto quitarle mérito a la que es una de las obras más populares del gran Zweig, no tengo intención de venir yo aquí y ahora a tirar por tierra uno de sus libros mejor valorados; simplemente debo constatar que en esta ocasión no ha habido conexión entre el magnífico autor y mis propios gustos e intereses. Pero esto son cosas que a veces pasan, ¿Y qué le vamos a hacer?
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