Hace ya bastantes semanas que terminé esta novela de
Sara Mesa, "
Cara de pan" y le he dado muchas vueltas a su reseña, ya que creo que mis impresiones no coinciden con las que he ido leyendo por ahí de otros lectores y críticos, pero a fin de cuentas la finalidad de este blog no es otra que expresar mis impresiones absolutamente personales y subjetivas sobre mis lecturas, con lo cual, aquí van.
Comenzando por su argumento, la novela se centra en dos personajes, la (casi) adolescente Casi y el Viejo, si bien toda la historia nos va a ser contada desde el punto de vista exclusivamente de la niña, no sabremos más que lo que ella misma nos cuente desde su perspectiva infantil y bastante inocente, con una narración llenas de elipsis y escasa de información adicional sobre casi todo. No hay más escenario que el rincón del parque donde ambos se encuentran casualmente. Allí Casi se oculta durante las horas en que debería acudir al instituto, "
Las cosas que enseñan allí, esas cosas en concreto, no las necesito, o mejor dicho no necesito que me las enseñen, puedo aprenderlas por mí misma: todas las cosas, todas, están ya en internet y en los libros" y Viejo le hace compañía durante todas las mañanas; tampoco él tiene a dónde ir ni nada que hacer. Durante las muchas horas que comparten en su escondite, Viejo le habla sobre todo de pájaros y de Nina Simone, sus dos pasiones. Hasta que son descubiertos y la relación finaliza drásticamente.
Y desde mi propia candidez me pregunto dónde está la lectura incómoda o desasosegante de la que tanto he oído hablar, dónde la maldad. Tal vez solamente en el pensamiento del lector. Porque, desde mi punto de vista, Casi y el Viejo no son más que dos solitarios que coinciden en su aislamiento, no se hacen amigos porque ninguno va buscando una amistad, solo se esconden del mundo que los rechaza, simplemente juntan sus soledades y la marginalidad en que se encuentran en el mundo que existe fuera de ese parque. La suya es una relación cuya improcedencia sólo está en los ojos de los que la ven desde fuera, la niña trata en algún momento de seducir al hombre pero no es porque lo desee así sino porque ha aprendido de sus compañeras de colegio que eso es lo que debe hacer, lo que se esperaría de ella (más me escandaliza el acoso escolar de estas compañeras que la relación de los protagonistas) y el Viejo huye porque no era lo que buscaba de la niña, sólo creía haber encontrado en Casi otra persona que se parecía en algo a él, alguien que no le juzgaba ni condenaba.
Con todo esto, no dudo en recomendar encarecidamente la lectura de este libro que está escrito con una notable maestría, que cuenta las cosas con un lenguaje simple y limpio y que sin embargo logra dibujar unos personajes completamente vivos y creíbles, que se muestran a través de sus propias palabras y llegan sin dificultad al corazón del lector.
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