Mary Higgins Clark nació en la Nochebuena de 1927 en el Bronx, en el seno de una familia católica de origen irlandés. El relato evoca una infancia feliz junto a sus dos hermanos, sus padres, irlandeses tradicionales, y rodeada de una amplia familia con numerosas tías y primos. Desde los seis años la pequeña Mary ya escribía poemas y obras de teatro que obligaba a interpretar a sus hermanos. Las historias familiares que se contaban frecuentemente en casa alimentaron su viva imaginación de narradora, así como muchas personas que conoció en el vecindario durante aquellos años o los huéspedes "Con derecho a cocina" que sus padres comenzaron a alojar cuando la Depresión de los años treinta golpeó el negocio familiar y cuando el padre falleció y la madre necesitó una nueva fuente de ingresos, inspiraron muchos de los personajes que años más tarde aparecerían en los relatos y novelas de Mary.
Van transcurriendo los años entre los estudios, los primeros trabajos desempeñados entre los que destaca el año en que trabajó como azafata para la PanAm que le permitió viajar por todo el mundo hasta que contrajo matrimonio con su adorado Warren Clark. La familia va creciendo imparable, mientras que Mary continúa esforzándose por cumplir su sueño de convertirse en escritora, asiste a talleres de escritura mientras cosecha muchos fracasos hasta lograr que sus relatos sean publicados. Demasiado pronto se convierte en una joven viuda con cinco hijos a los que mantener y no duda en despertarse cada día a las cinco de la mañana para escribir antes de acudir al trabajo. Incluso logrará graduarse en la universidad mientras que sus hijos aún eran adolescentes, dirigía una agencia de creación literaria para publicidad y su primera novela de gran éxito fue publicada.
A pesar de las dificultades y la escasez con la que tiene que enfrentarse con frecuencia a lo largo de su vida, todo lo cuenta con un tono de alegría y ligereza llegando a resultar incluso algo ingenua. En ningún momento sentimos que nos encontramos ante un drama sino que todo se nos cuenta con serenidad y confianza en el futuro, destacando lo positivo de cada situación, con cero remordimientos o resentimiento. No habla mal de nadie ni hay queja alguna a lo largo relato. Aunque asistimos a muchos y variados padecimientos, estrecheces económicas y continuos episodios de pérdidas familiares, no deja de mostrarse optimista y lucha por sacar adelante a sus hijos y su carrera profesional, rodeándose de familiares y de buenas amistades que conservaría durante años. Aún convertida en una estrella de las letras norteamericanas, continúa comportándose con la sencillez y la humildad de la chica del Bronx que fue. Una fantástica filosofía de vida fundamentada, básicamente en el papel esencial de la familia, la confianza en el esfuerzo y el trabajo duro y en su profunda fe cristiana.
"No es solo nuestra forma de actuar la que nos define como personas, sino cómo reaccionamos ante cada situación... Si te ríes, el mundo reirá contigo... Dios está allá arriba, y si a veces parece que no nos escucha, es porque está reservándonos algo especial..."
Y yo que todavía no he leído a esta autora... debo de ser de las pocas. Muchos besos.
ResponderEliminarYo la leí mucho de jovencita. Sus novelas son ligeras, muy estilo telefilm de sábado tarde, pero agradables de leer. Y sabes que el bien siempre sale victorioso. Igual podrías leer alguna de las muchas que escribió a ver qué tal.
EliminarSaludos.
No soy de leer biografías, así que esta vez no creo que me anime.
ResponderEliminarBesotes!!!
A mí es que es de los géneros que más me atraen. Pero, como todo, eso va en gustos.
EliminarSaludos.