Se puede afirmar sin dudarlo que "
Las ventanas del cielo" de
Gonzalo Giner es una novela de aventuras con mayúsculas, una de esas historias donde los protagonistas recorren innumerables escenarios, en muchos casos exóticos, donde sufren extraordinarias peripecias, sortean grandes peligros, conocen personajes peculiares, se crean enemigos mortales así como amigos leales y logran, a través de grandes dificultades, trazarse un camino en la vida que les llevará hasta un final de grandes éxitos. El protagonista de todas esas aventuras en este caso se llama Hugo de Covarrubias, un joven de buena familia que abandona su Burgos natal sin tener claro a qué quiere dedicarse y habiendo defraudado a su padre como hijo y como heredero natural; el joven forma parte de la caravana de carretas que transportan hasta la costa vasca los vellones de lana con los que negocia su familia, trabajando como un empleado cualquiera dedicado a las labores más duras. En Burgos queda su hermanastro Damián que logra hacerse con el mando de los negocios familiares y Berenguela, amiga desde la infancia de Hugo y enamorada de él en secreto, hija del principal socio comercial de los Covarrubias. Damián no sólo le arrebata a Hugo el control de la empresa, sino que además se casará con Berenguela; ansioso de arrebatarle a su hermanastro todo lo que le pertenece, logra convencer a su padre de que Hugo le traicionó y robó, por lo que lo aparta completamente de la familia.
Hugo deja atrás así su acomodada posición para dar inicio a una vida llena de penurias pasando por los más duros trabajos en lugares tan inhóspitos y peligrosos como un barco ballenero que le llevará hasta Terranova o una mina de sal en Túnez que explotará junto a su amigo Azerwan, un beduino lleno de sabiduría y a través del cual conocerá a la bella Ubayda. Finalmente y tras sufrir numerosas penalidades acabará encontrando su verdadera vocación a través de su pasión por el dibujo que le llevará a convertirse en un virtuoso de la fabricación de vidrieras para las grandes catedrales góticas que proliferan desde Flandes a Alemania culminando en Burgos y la cartuja de Miraflores.
La acción de la novela nos traslada por escenarios de lo más variopinto pero destacan los retratos que realiza de las ciudades europeas como Brujas, Amberes o Lovaina, por un lado a través del mundo del comercio de lana que desde Castilla se suministraba a los grandes fabricantes de paños de los Países Bajos y por otra parte descubriéndonos los secretos de la fabricación de las impresionantes vidrieras que decorarían los grandes templos cristianos de la época y que constituyen las ventanas del Cielo a través de las cuales los creyentes sentían que podían comunicarse directamente con la divinidad. Este será el objetivo que guiará a Hugo en el desarrollo del oficio que finalmente le proporcionará la paz y la estabilidad personal y familiar.
Lleva tiempo este libro en mi lista de pendientes. A ver si me animo, que por lo que cuentas, lo voy a disfrutar mucho.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es una entretenida novela de aventuras con interesantes escenarios y trasfondo histórico. Espero que la disfrutes.
EliminarSaludos.