martes, 17 de julio de 2018

Llamadme Alejandra

Dentro de mi debilidad por la novela histórica, existen algunas épocas y personajes por los que siento especial predilección y eso se nota en la frecuencia con la que asoman entre los argumentos de mis lecturas. Uno de esos momentos recurrentes sobre los que regreso una y otra vez es el trágico final de la última familia imperial rusa a manos de los revolucionarios; sus protagonistas, las circunstancias personales por las que pasaron, la incertidumbre sobre las razones por las que fueron asesinados, la duda de si eran realmente necesarias sus muertes, el cambio radical que la Revolución rusa supuso en la Historia Universal y en la política mundial son temas que me atraen y me fascinan desde siempre. Por todo ello, no podía dejar pasar la oportunidad de hacerme con esta novela de Espido Freire, a la que he leído con cierta frecuencia y siempre me ha dejado un buen sabor de boca. En "Llamadme Alejandra" nos encontramos con una presunta autobiografía de la emperatriz que en los últimos momentos de su vida, mientras esperan su traslado desde la casa de Tobolsk donde está retenida la familia a un nuevo destino desconocido para ellos en ese momento y que será la Casa Ipatiev, en Ekaterimburgo, va rememorando toda su vida, desde su infancia en el pequeño ducado alemán de Hesse, su relación con sus padres y hermanos y el modo en que se convirtió en zarina mediante su matrimonio con el futuro zar ruso Nicolás II.

Alejandra era una más de las muchas nietas de la gran reina europea de la época, la gran Victoria de Inglaterra cuya amplia progenie ocupó mediante matrimonio la mayoría de tronos reales del continente y que dio lugar a que hasta hoy en día gran parte de las casas reales se encuentren unidas por lazos de sangre. Alejandra era, al parecer, una de las nietas favoritas de la abuela, bella y tranquila, demasiado seria para el gusto de su familia, pero una joven sensata, religiosa y discreta que tuvo la fortuna de poder combinar un matrimonio por amor con un heredero que la situó en una posición infinitamente mejor de la que el destino pareciera haber dispuesto para ella como sexta hija que era de un simple duque alemán.

La lectura de la novela es de lo más agradable. El ir siguiendo el relato de viva voz de la vida de una emperatriz que, sin embargo, se presenta ante todo como una mujer, una esposa y una madre para la que lo primero fue siempre su familia y nunca tuvo mucho interés por la moda o los lujos que en la corte rusa eran elementos imprescindibles, lleva a adentrarse en una experiencia que combina perfectamente la visión de los hechos históricos y de la vida privada de la protagonista que padeció los efectos de una revolución que acabaría aniquilando a toda su familia. Hace algún tiempo ya leí, de esta misma autora, otra biografía en la que empleaba este mismo recurso de darle la voz a la protagonista, en aquel caso se trataba de Cristina de Noruega, casada con el hermano de Alfonso X el Sabio y en ambos casos la autora logra una gran cercanía a la figura humana, al aspecto íntimo y personal de ambas mujeres. Nos acercamos a la profunda religiosidad de la zarina, a su dedicación total a su familia, su devoción hacia el oscuro y nunca comprendido Rasputin al tiempo que se nos describen detalles tan humanos como la selección de medias y guantes para su ajuar, la mala relación con su suegra o su costumbre mal vista en la Corte de amamantar a sus hijos. Todo ello nos permiten ver a la zarina como una mujer, más allá de los grandes acontecimientos históricos en medio de los cuales tuvo la fortuna o desgracia de vivir, como una madre que sufre por la enfermedad de su hijo y no soporta la frivolidad de la corte rusa que contrasta con sus sencillos y frugales gustos. Pero nada de eso le sirvió para evitar el verse arrastrada por la ola de la Historia junto a sus seres más queridos.

No hay duda de que la autora ha logrado nuevamente conquistarme con una nueva biografía novelada cargada de información, contada con sensibilidad y que despierta el interés tanto por la figura histórica como por el ser humano que late bajo la corona de la última zarina.

4 comentarios:

  1. Con esta autora no me he animado aún. Por la temática, creo que me estrenaré con éste, que me atrae mucho. Y ya veo que está muy bien tratado.
    Besotes!!!

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    1. Yo la descubrí con "Melocotones helados" hace ya muchos años y hasta "La flor del norte", otra biografía histórica, no la había retomado. Me gusta cono de pone nuevamente en la piel de una figura histórica para contarnos su vida desde dentro. Buena lectura.
      Saludos.

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  2. La verdad es que sobre este tema he leído poco, muy poco y parece fascinante
    Besos

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    1. Hay novelas estupendas como "El testigo invisible" o " La casa del propósito especial" o biografías como "Las hermanas Romanov" que son totalmente recomendables. A mí, este tema me apasiona también. Esta es otra buena opción para acercarse a aquellos hechos históricos.
      Saludos.

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