Tenía pendiente todavía conocer la serie de novelas del autor noruego Jo Nesbø protagonizada por el detective Harry Hole. Ya sé que no es muy común (al menos para mi mente habitualmente cuadriculada y sistemática) comenzar una serie por la séptima entrega, pero teniendo en cuenta que por un lado "El muñeco de nieve" es una de las novelas mejor valoradas de la serie y por otra parte considerando la inminencia del estreno de la versión cinematográfica de la obra, no me quedaba más remedio que comenzar mi aproximación al personaje por este libro y, a partir de ahí, decidir si continúo con el orden natural de publicación o me decanto por seleccionar de entre la serie los títulos más relevantes.
Al ser novata con la serie, carecía de cualquier referencia previa que me orientara sobre la personalidad y circunstancias del protagonista que seguramente se fueron exponiendo y desarrollando en las anteriores entregas, pero eso no ha sido impedimento para hacerme enseguida una idea de por donde respira el detective, más aún cuando cuento con su propia autodescripción tan breve como acertada:
"«Mi alma gemela en Bergen», pensó Harry después de oír la descripción de Müller-Nilsen: una relación poco saludable con el alcohol, un temperamento difícil, un lobo solitario, de moral dudosa y conducta muy censurada."
Así y todo, tal vez por ignorancia de los oscuros episodios de su pasado o porque soy de las que adivina siempre la parte positiva de cualquier protagonista por oscuro y torturado que me lo hagan ver, no me ha parecido que se trate de una figura tan turbia como él mismo se dibuja, a pesar de su lucha contra sus fantasmas y debilidades he visto en Hole un policía decente y avispado.
Entrando en el argumento del libro, se nos presentan varios casos de desapariciones de mujeres, algún asesinato, casos ocurridos en el pasado con puntos coincidentes que hacen creer a Hole que se encuentran tras un criminal en serie que ha vuelto a actuar. Lo cierto es que todas las víctimas son mujeres de mediana edad con hijos y que desaparecen de sus casas sin dejar pista alguna. En todos los casos se da la circunstancia de que en las cercanías del lugar de la desaparición, que siempre coincide temporalmente con la primera nevada de la temporada, se encuentra un muñeco de nieve, tétrica figura que no tiene nada del encanto inocente que habitualmente acompaña a esos entrañables muñecos.
El relato se encuentra inmerso en un ambiente gélido, no sólo en lo referido al tiempo atmosférico que cubre todo de nieve, silencio y luz grisacea, sino también en lo que se refiere a los personajes a los que les falta calidez en el trato, en las relaciones personales y familiares. El propio Hole es muestra de ello, de una persona solitaria e incapaz de abrirse a los que le rodean. Los crímenes que se investigan conllevan una crueldad que no podemos evitar asociar al propio carácter criminal nórdico donde no se evita la violencia más brutal a la hora de cometer los asesinatos. La tensión es constante desde el principio, desde la primera desaparición que conocemos y según se va complicando la trama las perspectivas no mejoran, no se adivina una salida favorable a los hechos investigados. Algunos pasajes resultan bastante sórdidos pero al fin y al cabo nos encontramos frente a una novela negra, no podíamos esperar encontrar precisamente mariposas y confeti. En cualquier caso, supongo que no será la última novela de la serie que lea ya que tengo cierta debilidad por el género y Harry Hole no me ha defraudado.
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