Tengo la firme intención de ir, poco a poco, descubriendo autores consagrados de la Literatura contemporánea que hasta el momento no he tenido el gusto de frecuentar. Sé que el mundo literario avanza a una velocidad que resulta imposible de alcanzar, ni aún dedicando las veinticuatro horas del día en exclusiva a la lectura; sé, por tanto, que quedarán muchas grandes obras que nunca conseguiré conocer, pero así y todo me he propuesto ir alternando de vez en cuando los últimos lanzamientos, los best sellers del momento, con esas novelas que se van convirtiendo en clásicos, sin ser necesariamente obras maestras, pero que creo que merecen ser descubiertas y disfrutadas. Una de esas autoras a las que no había tenido todavía el placer de leer es la estadounidense Donna Leon, una de las clásicas reinas del suspense con una amplísima producción de éxito y que me he decidido a descubrir precisamente a través de su serie policíaca cuya acción ha tenido el buen gusto de situar en el magnífico escenario que es la ciudad italiana de Venecia y que protagoniza el ya famoso comisario Guido Brunetti. Así pues, esta de "Muerte en la Fenice" no es sino el primer caso protagonizado por el comisario, que así es como deben empezarse las cosas, por el principio; y debo decir que mi impresión personal tras este primer acercamiento ha sido bastante favorable y presumo que probablemente regresaré a la ciudad de los canales de la mano de alguna otra de sus novelas.
Centrándonos ya en el argumento de la novela, nos encontramos con que un famosísimo director de orquesta, de tanto talento como mal carácter, es asesinado, más concretamente envenenado con cianuro, durante un entreacto de la interpretación de La Traviata en el teatro veneciano de la Fenice. El inspector de policía Guido Brunetti tendrá que solventar el caso y descubrir quién ha sido el asesino, investigar quién podría desear y ejecutar la muerte del maestro. Pronto se hará palpable que existen numerosos candidatos a ocupar el puesto de sospechoso. La razón está tanto en el pasado del músico, siendo conocida su simpatía por el régimen nazi, como en el presente, dado su carácter poco agradable y que le granjeó numerosas rivalidades dentro mundo ópera en el que contaba con pocas amistades.
Descubro al hilo de la trama policial parte de la auténtica vida cotidiana de Venecia, fascinante ciudad monumental pero que cuenta también con una imagen peculiar, la del día a día de sus habitantes que, lejos de los lugares tópicos y típicos visitados por hordas de turistas, frecuentan otras plazuelas, pequeños canales canales, conviven con la realidad cotidiana de la humedad que cala los edificios, de la niebla persistente, del trasiego de vaporetos, de ahí la naturaleza desconfiada y reservada de los venecianos de cuna que viven o sufren su ciudad a la que adoran y odian en igual medida.
Claro ejemplo de esos venecianos de origen que conservan su particular dialecto y el orgullo de su pasado glorioso es la distinguida familia de Paola, la esposa de Brunetti, descendientes de antiguas fortunas aferrada a las ancestrales tradiciones de su rancio abolengo, que habitan húmedos palazzi llenos de desconchones y obras de arte. En este mundo del que nada quiere saber Brunetti no le quedará más remedio que introducirse para entrar en contacto con aquella sociedad que frecuenta la ópera, con los que se codeaba el fallecido y que le servirán de medio para resolver el caso que lleva entre manos.
La novela presenta el esquema clásico del investigador que resuelve el asesinato tras conversar con los diversos sospechosos, adentrándose en el entorno que rodea a la víctima, conociendo su pasado, a sus enemigos, dialogando con mucha gente y sacando conclusiones lógicas; nada de pruebas forenses, indicios periciales ni procedimientos científicos, esta no es una novela del siglo XXI, es una obra de corte clásico donde el investigador basa su método en hurgar en la naturaleza humana, en la observación y el interrogatorio, en descubrir las relaciones de amor y odio, los resortes clásicos y básicos que mueven las emociones humanas ahora y siempre.
Son tan diferentes las novelas negras nórdicas de las novelas policíacas con personajes más mediterráneos, como es este Brunetti o Montalbano. Que se agradece pasear con ellos ya sea por Venecia como por Sicilia.
ResponderEliminarUn abrazo
Es cierto: son diferentes los caracteres, las relaciones humanas, el modo de vida... Pero ni mejores ni peores, sólo diferentes.
EliminarSaludos.