"El invierno más largo", novela de Cecilia Ekback, nos traslada a las más agrestes tierras de la Laponia sueca, el extremo norte del mundo habitado donde esforzados colonos enviados por el rey sueco tratan de sacar algún fruto de aquellas tierras donde las condiciones de vida son extremas. Estamos en el año 1717 y la familia de Maija, la protagonista de la novela, acaba de llegar desde Finlandia tratando de cambiar el trabajo junto al mar por una nueva forma de vida. Al poco de instalarse, las hijas de la familia encuentran en el bosque el cadáver de un vecino aparentemente atacado por un oso o alguna otra fiera semejante, sin embargo Maija entiende que esas heridas no han sido causadas sino por una mano humana y comienza a indagar por su cuenta deseando conocer la verdad de lo ocurrido. Maija descubre pronto que los habitantes de la zona, afectados por su obligado aislamiento de los demás, no son especialmente amigables, más bien es gente de pocas palabras, centrados en sus propios problemas, sometidos al control del sacerdote a cargo de la región que, bajo órdenes directas del rey y el obispo, ejerce más de agente censal y juez, así como de garante del acatamiento de los principios religiosos, más que ocuparse de ofrecer un auténtico apoyo espiritual a sus feligreses.
La comunidad de aquel remoto lugar se agrupa en torno a la montaña Blackåsen, centro geográfico y mítico de la región, lugar cargado de supersticiones, presencias maléficas y recuerdos de antiguos ritos sobre los que no se habla pero que sobrevuelan la vida y las relaciones de los vecinos que no siempre tienen claro si deben temer más a lo esotérico o a los propios hombres, a las fuerzas desconocidas o a sus convecinos.
El estilo de la narración posee un estilo calmado e inquietante, avanza lenta y silenciosa como contagiada por el carácter del paisaje nevado que nos rodea, un mundo de silencio y secretos, comparte elementos del carácter cerrado de los habitantes de la zona: es parco en explicaciones, se explaya en las descripciones de la magnífica y salvaje naturaleza pero no nos proporciona demasiada información directa sobre el origen de los vecinos, sus relaciones o enfrentamientos pasados. Nos adentramos de ese modo en una comunidad donde abundan los silencios y los sobreentendidos entre unos personajes a los que vamos descubriendo lentamente, tal y como le ocurre a Maija y a su familia a los que les cuesta adaptarse a su nueva comunidad, que desconocen los lazos que les unen y los enfrentamientos que les separan. La novela cuenta con elementos extraordinarios y esotéricos que, sin llegar a conformar una historia de género fantástico, le dan un punto de cierto misterio, donde lo real y lo mágico conviven con absoluta normalidad y conforman una novela llena de sensibilidad y carácter, donde la naturaleza humana muestra sus diversas caras de manera muy intensa.
Me gusto mucho esta novela y espero poder leer la siguiente de la autora
ResponderEliminarNo sabía que tenía otra novela. La buscaré porque ciertamente es atractiva su manera de contar historias.
EliminarSaludos.
Uhhh. Leí tu reseña mientras aquí en mi ciudad hace un frío terrible, y casi casi me transporté a aquel lugar. Me has convencido de leer esta novela porque me encanta el misterio, y con esa locación tan remota pues... ni modo de resistirse :).
ResponderEliminarUn saludo.
De verdad que el espacio geográfico de esta historia es un elemento fundamental para que la novela funcione como lo hace. Sientes el frío y el aislamiento de los personajes en tus propios huesos.
EliminarSaludos.
Me lo llevo apuntadísimo =)
ResponderEliminarBesotes
Espero que lo disfrutes mucho.
EliminarSaludos.