Octubre ha resultando un mes "horribilis" en lo que a lecturas se refiere: ni uno, ni dos, sino hasta tres libros llevo apartados en las últimas semanas sin poder seguir con ellos, además de sumar a ello dos lecturas terminadas y sin encontrar el ánimo para ponerme a hacer sus reseñas aquí en el blog. Y supongo yo que no puede ser siempre culpa de la falta de interés de los libros si me ha pasado con semejante frecuencia. Más bien debo de ser yo que, con el cambio de estación o vete tú a saber porqué, debo estar algo atontada, con una especie de astenia otoñal, si es que algo así existe, que me impide concentrarme en nada con un mínimo de enjundia. Así que he optado por el camino fácil: ponerme con una novela de Liane Moriarty, autora australiana que siempre me conquista con sus historias frescas, actuales, de fácil lectura y que precisamente tiene nueva obra recién publicada, "Truly Madly Guilty", que promete ser el mejor remedio para poner fin a mi pequeña crisis lectora-comentadora. Esperemos que así sea.
Entrando en materia argumental, Clementine y Erika son amigas desde la infancia; muy distintas de personalidad y entorno familiar y con una relacion difícil, mezcla de amor y de odio, de cariño, costumbre y rechazo a partes iguales. Ya adultas, ambas felizmente casadas, continúan siendo inseparables a pesar de sus diferencias. Hace un par de meses ambos matrimonios acudieron a una barbacoa improvisada en casa de los vecinos de Erika y desde ese día todo cambió: la relacion entre las amigas, con sus maridos, con los vecinos, con sus hijas... A lo largo del relato iremos conociendo, en muy controladas dosis, lo que sucedió aquel día. Al mismo tiempo iremos descubriendo el pasado de los personajes, su situación actual, sus relaciones y sus reacciones a lo que ocurrió el día de la barbacoa y cómo ello les cambió a todos en algún sentido.
Moriarty es una reina en el manejo de la intriga, no necesariamente relacionada con casos criminales, sino más bien con situaciones corrientes de la vida familiar o doméstica de personajes de clase media de Sidney, personajes acomodados que sufren "dramas del Primer Mundo" referidos a las relaciones sociales con los vecinos, la elección del colegio adecuado para el futuro éxito de los hijos, problemas matrimoniales, el papel de la paternidad, el deseo o el rechazo a ser padres y la opinión que los demás manifiestan antes dichas elecciones, la infertilidad, asuntos cotidianos que se combinan con sentimientos como la vergüenza, el remordimiento, el peso del pasado, las aspiraciones personales y las esperanzas frustradas y la forma de afrontarlos.
Ciertamente en ocasiones el ritmo de la historia se veía ralentizad por las vueltas que damos tratando de saber qué es lo que ocurrió el consabido día de la barbacoa, pero afortunadamente las historias que se nos van descubriendo mientras se nos desvela el principal misterio de la novela nos dan paso a una composición coral con numerosos personajes estupendamente retratados y que mantiene el interés hasta el final. Una historia ligera sobre temas de interés generalizado en el mundo actual, pero tratados con una nota de humor ácido que se agradece siempre.
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