Elvira Lindo escribe como habla, o al menos como te podría hablar una amiga que se ha ido a vivir a Nueva York y te cuenta cosas de su barrio, de su vida cotidiana allí, en la zona del Upper West, en el lateral oeste de Central Park, en torno al de Museo de Ciencias Naturales por debajo de Universidad de Columbia. Y es que este es el barrio de Elvira por el que se pasea visitando sus bares y restaurantes, casi siempre locales de ambiente algo rancio o pasados de moda, por sus pastelerías y bares de cócteles, supermercados y, en fin, todos los lugares que caracterizan a una zona de la gran ciudad donde no abundan los turistas de bermudas y cámara de fotos al cuello, donde por la calle sólo se ve a los vecinos de toda la vida, eso sí, con multitud de orígenes diversos, razas, religiones y culturas diferentes. Esos son los "Lugares que no quiero compartir con nadie" que nos enseña, a pesar del título, Elvira Lindo a través de divertidos retratos de personajes generalmente extravagantes, alejados del prototipo de neoyorkino a la última moda y cargado de sofisticación del Upper east side que es el que nos transmiten las películas y las series de televisión.
"Los turistas no llegan hasta aquí, aunque esto sea el territorio «Seinfeld», es decir, la quintaesencia de Nueva York, de su carácter, de las manías y las neurosis compartidas, del progresismo empollón, de los delis con solera y los restaurantes de medio pelo. El erial gastronómico. Abundante, eso sí, en ferreterías, lo cual dice mucho de la solidez del barrio."Este es el Nueva York que se encuentra al lado opuesto de Central Park y gracias a la soltura narrativa de la autora respiramos el aire de la ciudad, compartimos sus lugares favoritos, las anécdotas o episodios asociados a esos lugares que los convierten en históricos o míticos y al tiempo nos ilustra también sobre sus propios hábitos cotidianos: su trabajo de escritora, su vida junto a su marido, el fabuloso escritor Antonio Muñoz Molina, cuyo trabajo en la Universidad de Columbia es lo que ha llevado a la pareja a trasladarse por seis meses cada año a la ciudad de los rascacielos, de manera que nos muestra sus costumbres diarias, sus hábitos de trabajos, sus interminables paseos, sus salidas a cenar, a tomar una copa, a asistir a espectáculos y todo ello con esa verborrea suya irrefrenable con la que nos habla de cualquier tema, divaga sobre asuntos como su oficio de escritora, sus hijos, sus pasiones literarias, sus visitas al psiquiatra o cualquier tema que le cruce por la mente. Fresco, intenso e ilustrativo este vistazo que nos permite Elvira Lindo a unas vidas interesantes y encantadoramente bien contadas.
"Me miro al espejo. No sabe una qué ponerse. Y no hablo de ropa. Si sólo fuera la ropa, ¡ja! Hablo de la cara que has de ponerte para acudir a un acto literario. Tengo la impresión de que aquí en Nueva York vivimos asalvajados. Antonio vive en zapatillorras de deporte, unos pantalones chinos y, en invierno, un sombrero de ala negro o un gorro con orejeras si aprieta el frío!"
No es de los libros que más me llama de la autora.
ResponderEliminarBesotes!!!
Para mí tiene muchos elementos que me atraen: Nueva York como escenario, autobiografía de gente con cosas que contar... pero no es narrativa al uso, claro. Otra vez será!
EliminarSaludos.
El libro me atrae por la ciudad, Nueva York, y porque me cae muy bien Elvira Lindo, que siempre he pensado también que escribe como habla, o que habla como escribe...
ResponderEliminarUn abrazo
Pues te puede gustar porque enseña un Nueva York diferente del típico y las historias personales que cuenta están muy interesantes. Espero que la disfrutes.
EliminarSaludos.
A mi me dejó la sensación de que humaniza Nueva York.
ResponderEliminarTe recomiendo, si no lo has leído, "Ventanas de Manhattan" de Antonio Muñoz Molina, A mi me gustó un poco más.
Un abrazo
Sí, lo he leído y es magnífico!! Es que Muñoz Molina es primera categoría literaria, sin duda!!
EliminarSaludos.