Esta es una de esas (tantísimas) novelas que tenía anotada en la lista de recomendaciones desde hace tiempo y que milagrosamente he sido capaz de rescatar de entre la marea interminable de novedades que constantemente se nos agolpan en el ebook o en las estanterías, y es que no es posible ni estar jamás al día de todo lo que de interesante se va publicando y mucho menos aún hay manera de volver a obras más clásicas como es el caso de esta novela, "La agonía y el éxtasis", que se van quedando atrás sin ser leídas porque, ya hemos convenido en ello anteriormente, ¡la vida es tan corta y hay tanto por leer! Por esto me satisface el poder dedicarme de vez en cuando a una novela como esta que cuenta ya con más de cincuenta años desde que fue editada y para la que afortunadamente ha encontrado un hueco en mi agenda lectora para poder disfrutar de ella.
Y entrando ya en materia, en esta novela Irving Stone nos traslada a la fabulosa época de la Italia del Cinquecento, partiendo de la deslumbrante Florencia que a la luz del radiante sol que supone el patronazgo de Lorenzo de Medici bulle de enormes figuras del arte y la cultura, precursoras del Humanismo y del Renacimiento.
En ese ambiente se mueve el joven Miguel Ángel, quien, a pesar de que su padre se avergüence de tener un hijo "picapedrero" como él, sabe desde muy pronto que su pasión por la escultura es más fuerte que toda la racionalidad y las ambiciones paternas y que no se podrá ganar nuca la vida en nada que no tenga que ver con el arte. Su habilidad con el dibujo le llevan a trabajar en el taller de pintura de Ghirlandaio como aprendiz y de allí pasa al taller de escultura del palacio de los Médici a las órdenes de Bertoldo, hasta que su extraordinaria capacidad le lleva a ser invitado por el propio Lorenzo de Medici a pasar a residir con la familia y a disponer de los medios necesarios para esculpir por fin en mármol, la gran aspiración del jovencísimo artista. Tras una breve estancia en Bolonia llega finalmente a Roma donde realizará sus mayores obras, tanto en escultura como en pintura y arquitectura a las órdenes de los numerosos papas que irán sucediéndose en el Vaticano a lo largo de su larga vida.
Esta novela supone, sin duda alguna, una deliciosa lectura para los amantes del arte que sin necesidad de ser grandes entendidos pueden disfrutar plenamente del proceso de producción del gran artista, sentir el frenesí de su fiebre creativa cuando se encuentra con un mármol entre las manos, de asistir al surgimiento de sus grandes obras, ser testigos de su sufrimiento físico y mental al tener que combatir, no sólo con las dificultades propias de cada técnica sino también con los factores externos al artista, todo lo que tiene que ver con las luchas entre bandos de uno y otro papa, contra sus enemigos artísticos y con sus constantes problemas familiares. Y todo ello en el incomparable marco temporal de la Italia del Renacimiento, la convulsa Roma y el Vaticano con sus inacabables luchas intestinas y la siempre amenazada República de Florencia. Una auténtica gozada que nos permite un recorrido histórico junto a los grandes personajes del arte, el pensamiento, la política y la ciencia de la época, con figuras tan fascinantes como la familia Medici, Girolamo Savonarola, los Borgia, con el papa Alejandro IV a la cabeza, Carlos V... Y en medio de todos los tumultos mundanos, la gran figura del artista por excelencia, Miguel Ángel Buonarotti, un hombre que dedicó su vida completa en exclusiva a la creación artística.
Hay aspectos formales en la novela que nos hacen adivinar que no es una obra contemporánea: carece de trucos literarios como son el de terminar los capítulos en un punto culminante que nos lleve necesariamente a comenzar la lectura del siguiente, de hecho, muchas veces una escena sucede a la anterior sin apenas conexión, termina de narrarse una escena o un suceso y continúa con otra sin más relación que el venir cronológicamente a continuación. Es, por tanto, una novela lineal, sin saltos en el tiempo ni historias entrecruzadas, sin sorpresas argumentales ni giros inesperados. Así y todo, es una buena lectura que puede ser perfectamente válida como obra de referencia para el conocimiento de una de las grandes figuras del arte de todos los tiempos, donde conocer la imagen completa del Miguel Ángel hombre y artista y revivir el entorno histórico en que se desenvolvió su ajetreada vida.
Tengo qeu admitir que no conocía este libro. Y me has picado. Miguel Ángel de protagonista... Me tienta.
ResponderEliminarBesotes!!!
Ya verás que es una biografía que te acerca muchísimo al personaje y su época.
EliminarSaludos.
Yo tqampoco conocía este libro y me lo voy a apuntar para no sé cuando porque creo que me gustará. Tengo que empezar a hacer lo que tú y dejarme de tantas novedades y añadir de vez en cuando un clásico a mis lecturas.
ResponderEliminarSí que hay que hacerlo, sí, aunque es una tarea ingente, pero algún hueco hay que reservarles de vez en cuando.
EliminarSaludos.