Y es que de vez en cuando conviene desintoxicarse de lecturas densas y con carga emocional por detrás. En esta corta novela nos encontramos con una joven madre que en la noche de Nochebuena pierde a uno de sus hijos pequeños en pleno centro de Nueva York. Su angustia se acrecienta al tener a su marido convaleciente de una gravísima operación. En unas pocas horas se resolverá el asunto gracias al papel de la siempre eficaz y sagaz policía norteamericana y a la ayuda de los buenos ciudadanos que colaborarán en librar a esa madre del sufrimiento en una fecha tan especial como es la Nochebuena.
No se puede decir mucho más de esta novela, ni para bien ni para mal, es de esas obras que nunca serán premiadas ni pasarán a la Historia de la literatura, pero que son necesarias, porque no todo puede ser narrativa trascendental ni grandes personajes, también necesitamos de Mary Higgins y sus misterios domésticos, con los que por unos momentos podemos confiar en que el bien siempre acaba triunfando y los malos terminan sus días en una cárcel de alta seguridad, a menos que logren huir de allí y nos obliguen a volver a sumergirnos en otra apasionante novela policíaca de nuevo. Y estaremos encantados de volver a hacerlo, ¡seguro!
Sí, a veces hacen falta este tipo de libros. Ideales para desconectar, para no pensar en nada, para entretenerte y punto.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tienes toda la razón! Estos libros hacen falta. Yo para estas fechas estoy eligiendo libros así ya que con tanta fiesta y comida no tengo la cabeza para grandes libros.
ResponderEliminarBesos!