Hacía tiempo que no me sumergía en una novela del estilo de "
La cocinera de Castamar" de
Fernando J. Múñez y reconozco que me hacía bastante falta, después de una serie de dramas y novelas llenas de oscuros crímenes por las que he pasado últimamente, encontrar una lectura como esta: una historia de emociones, aventuras y amores, con tantos personajes atractivos, con buenos y malos y en un entorno histórico magníficamente dibujado. Y además he logrado terminar la novela a punto de que se estrene su versión televisiva que seguro que disfrutaré mucho más ahora que ya he gozado con la versión original.
La trama del relato se sitúa en el escenario histórico del entorno de la corte española del rey Felipe V, el primer Borbón en el trono de España. El duque de Castamar ha sido uno de sus mejores hombres en la lucha contra el archiduque Carlos de Austria que pretendía que su linaje continuara al frente de la monarquía española. Pero al margen de los hechos históricos, nos interesa saber que tras el fallecimiento de su amada esposa, don Diego de Castamar se retiró del servicio del rey y de la vida de la corte y que desde entonces vive prácticamente recluido en su palacio. La llegada como ayudante de cocina a la casa de Clara Belmonte, una joven de buena familia que tras fallecer su padre debe ganarse la vida con el oficio que más le gusta, la cocina, dará lugar al inicio de esta entretenida historia de amores e intrigas, de rivalidades personales y políticas en un contexto apasionante que dibuja tanto a los nobles que rodean a los reyes como la vida cotidiana del personal al servicio de una gran casa como es la de Castamar: el extenso equipo de sirvientes de todo tipo que son necesarios para mantener a punto desde las caballerizas a los jardines, las bodegas, los salones y aposentos de los señores. Y, por supuesto, las cocinas. Porque por lo que más me ha hecho disfrutar esta lectura ha sido por los deliciosos platos que salen de la cocina que dirige Clara Belmonte, el inacabable desfile de manjares de lo más exquisito, de salsas, sopas, piezas de caza, dulces y refrescos que dan buena muestra de la gran pasión de Clara por la cocina.
Por la novela se pasean un buen número de personajes, no sólo los protagonistas sino también la fabulosa colección de secundarios que representan distintos estados de la sociedad y distintos tipos de personas, buenos y malos llenos de luces y sombras, a excepción, eso sí, del antagonista, el Marqués de Soto, que me parece un malo absoluto de manual, irreductible en sus ansias de venganza.
He disfrutado enormemente con esta lectura que además ilustra muy bien sobre la precaria condición femenina de aquella época en la que era esencial para una mujer contar con el amparo de un padre o un esposo para poder llevar adelante una vida digna, más incluso entre mujeres de las clases más altas en las que sólo unos pocos trabajos como el de institutriz estaban bien considerados y para las cuales la virtud y la honra eran su único patrimonio con el que tan fácil resulta jugar, siendo posible arruinar toda una vida si estos se ponían en duda. Unos asuntos que hoy día están más que superados en nuestro entorno, pero que han pesado durante siglos sobre los hombros de tantas mujeres de todo el mundo.
Lo tengo pendiente casi desde que salió, ya me vale
ResponderEliminarBesos
Yo también lo dejé pasar demasiado tiempo. Y ahora que he visto un par de capítulos de la serie me alegro de haber leído primero la novela porque es mucho más completa, con más trasfondo histórico y un argumento más rico que la serie. Aunque estéticamente y a nivel de escenografía esta me parece estupenda, a pesar de las licencias argumentales.
EliminarSaludos
Espero leerlo, me llaman este tipo de historias.
ResponderEliminarEspero que lo disfrutes! Es bastante completo, buena historia y bien contada.
EliminarSaludos.