Supero nuevamente mis prejuicios sobre novelas escritas por personajes televisivos o populares, para disfrutar de esta novela de la periodista Nieves Herrero que rondaba por casa hace ya algún tiempo pero que no me decidía a leer a causa, fundamentalmente, de la desconfianza que me procuran estos libros que proceden de personas ajenas al ámbito de la literatura propiamente dicha. Pero, como ya me ha ocurrido en otras ocasiones, la sorpresa ha sido para bien: me ha gustado mucho la manera de contar una historia que, de antemano, ya sabía que iba a resultar apasionante por sus personajes y las circunstancias que les rodearon. Ha sido la emisión en televisión de la serie basada en esta novela lo que me ha dado finalmente el empujón necesario para ponerme manos al asunto y es que no podía consentir que la versión televisiva me arruinara la experiencia de conocer una historia como la que cuenta "Lo que escondían sus ojos" directamente desde el formato novela, que luego en imágenes no siempre se transmiten las historias con la misma intensidad que a través de la palabra escrita, o al menos eso me suele parecer a mí, y en este caso concreto debo reitererarme en esa teoría: la novela supera ampliamente a la serie.
Pues entrando ya en la historia que se cuenta en el libro, diremos que tiene como protagonistas a Sonsoles de Icaza, la joven y bella marquesa de Llanzol, inteligente y atractiva mujer de la alta sociedad española de la posguerra y junto a ella a Ramón Serrano Súñer, el cuñado de Franco, popularmente conocido como el cuñadísimo, principal ministro del Régimen y hombre poderosísimo por su cargo y, sobre todo, por su cercanía familiar con Franco. Que estos dos personajes tuvieran un romance estando ambos casados no podía suponer más que un escándalo en la pacata sociedad de aquella época y así ocurrió cuando la intensa historia de amor y pasión que compartieron salió finalmente a la luz.
Pues entrando ya en la historia que se cuenta en el libro, diremos que tiene como protagonistas a Sonsoles de Icaza, la joven y bella marquesa de Llanzol, inteligente y atractiva mujer de la alta sociedad española de la posguerra y junto a ella a Ramón Serrano Súñer, el cuñado de Franco, popularmente conocido como el cuñadísimo, principal ministro del Régimen y hombre poderosísimo por su cargo y, sobre todo, por su cercanía familiar con Franco. Que estos dos personajes tuvieran un romance estando ambos casados no podía suponer más que un escándalo en la pacata sociedad de aquella época y así ocurrió cuando la intensa historia de amor y pasión que compartieron salió finalmente a la luz.
Este apasionante romance viene enmarcado en un entorno muy certeramente dibujado del momento político; con Europa en plena guerra, la negociación del ministro Serrano con Hitler que presiona incansable para convencer a España para entrar en el conflicto del lado del las potencias del Eje, le pone en un difícil papel al tratar de mantener por todos los medios la neutralidad para poder recuperar el país tras la recién concluída Guerra Civil. Tampoco la política nacional es sencilla. Asistimos a un retrato de Madrid donde conviven los grandes lujos entre los que se mueven las familias adeptas al régimen que recuperan pronto sus hábitos de vida cotidiana, a pesar de que otros muchos compatriotas luchan por subsistir entre las grandes penurias que caracterizaron la posguerra. Los episodios históricos y las escenas del día a día de la España de la época se entrelazan con soltura con la trama romántica que es el argumento central de la novela en la que aparecen episodios como la creación de la División azul, la entrada de los EEUU en la guerra mundial y otros tantos que se alternan con el veraneo en San Sebastián de los más pudientes, las numerosas fiestas privadas, los aperitivos en el Ritz y donde aparecen personajes de gran interés como el modisto Balenciaga, único amigo y principal confidente de Sonsoles; Carmen de Icaza, hermana de Sonsoles y también popular periodista y escritora; Carmen Polo, esposa de Franco; Dionisio Ridruejo o tantos otros protagonistas de la época.
Me ha agradado especialmente que el relato prescinde de juicios de valor de carácter ideológico o político, retrata la sociedad de penuria y necesidades que siguió a la guerra, a los protagonistas del romance y su entorno que pertenecen a clase acomodada victoriosa tras el conflicto bélico, aparecen representantes de los dos bandos enfrentados en la guerra mundial, pero no se aprecian valoraciones o descripciones peyorativas ni sesgadas que trasluzcan críticas ni halagos a una u otra parte; en todos los bandos aparecen personajes positivos y negativos en función de sus propios actos y no del lado o el bando en que se encuentran. Una imagen, por lo tanto, muy ecuánime de esta época histórica que ha sido escasamente retratada a nivel novelesco, al margen de los libros de carácter político o puramente histórico y que creo que es el mejor baza de la novela.