Toti Martínez de Lezea está reconocida como una de las grandes autoras de novela histórica española, con numerosas obras localizadas fundamentalmente durante la Edad Media, además de abundantes obras infantiles y juveniles. En "A la sombra del templo" vuelve su mirada nuevamente hacia su ciudad natal, Vitoria, y sitúa allí la acción de esta novela que nos traslada a enero 1522, momento en que el holandés Adriano de Utrech, regente del España mientras que el rey Carlos I se encuentra ausente del país, es nombrado nuevo Papa de Roma, precisamente durante su estancia en la ciudad de Vitoria. A raiz de este hecho, la población se ve envuelta en un inmenso revuelo: la ciudad se llena de religiosos, personajes importantes de la nobleza que acuden a situarse cerca del nuevo Pontífice y participar en los festejos que celebran el nombramiento. En una ciudad alborotada como esa apenas se tiene en cuenta el asesinato de un notable constructor o que un noble destacado sea herido de gravedad en una justa presuntamente deportiva. Pero los protagonistas de la novela no son las grandes personalidades ni los miembros de la corte o de las familias prominentes de Vitoria y alrededores, sino ciudadanos más sencillos: el propietario de la casa de postas "El Portalón" y su familia, el abad de Santa María enfrentado con la autoridad civil y un joven hidalgo con aspiraciones de convertirse en artista acusado en falso de un asesinato que no ha cometido, así como el rico comerciante Juan Sánchez de Bilbao, envidiado por su riqueza y rechazado por los cristianos viejos por su lejano origen judío. Todos ellos asisten al gran espectáculo humano que se desarrolla en la ciudad a la vez que tienen que enfrentarse a grandes problemas que les afectan más directamente.
Como en la mayoría de las novelas de la autora, la narración es muy ágil dando lugar a un relato completamente vivo del ambiente y los hábitos de los ciudadanos de la época, las familias poderosas enfrentadas en bandos siempre compitiendo, los conflictos creados por la recién aplastada revuelta de los comuneros que contaban con numerosos apoyos entre los vitorianos, los retratos de los ricos comerciantes y los humildes artesanos, los ciudadanos, en fin, de una villa llena de actividad donde vemos reflejados las luchas políticas, sociales y económicas del comienzo de la Edad Moderna, de un reino que se extiende por Europa y allende los mares en manos del emperador más poderoso de todos los tiempos, pero cuyos súbditos están más pendientes de sus asuntos diarios y sus problemas personales con el vecino, con el competidor comercial o con los gobernantes locales, a pesar de lo cual no pueden evitar verse involucrados, muy a su pesar, en los enfrentamientos entre bandos rivales de los más poderosos. Es cierto que en ocasiones el ritmo de la novela se ralentiza en los episodios en los que se profundiza en la explicación del contexto histórico en el que transcurre la acción, pero esto también enriquece, por otra parte, el relato que, por lo general, es bastante fluido y las tramas de los distintos personajes, tanto la historia de amor así como las intrigas políticas, son todas interesantes y están muy bien trabadas de modo que van confluyendo hacia un final común de alta tensión donde la justicia triunfa, afortunadamente, sobre la maldad.
Como en la mayoría de las novelas de la autora, la narración es muy ágil dando lugar a un relato completamente vivo del ambiente y los hábitos de los ciudadanos de la época, las familias poderosas enfrentadas en bandos siempre compitiendo, los conflictos creados por la recién aplastada revuelta de los comuneros que contaban con numerosos apoyos entre los vitorianos, los retratos de los ricos comerciantes y los humildes artesanos, los ciudadanos, en fin, de una villa llena de actividad donde vemos reflejados las luchas políticas, sociales y económicas del comienzo de la Edad Moderna, de un reino que se extiende por Europa y allende los mares en manos del emperador más poderoso de todos los tiempos, pero cuyos súbditos están más pendientes de sus asuntos diarios y sus problemas personales con el vecino, con el competidor comercial o con los gobernantes locales, a pesar de lo cual no pueden evitar verse involucrados, muy a su pesar, en los enfrentamientos entre bandos rivales de los más poderosos. Es cierto que en ocasiones el ritmo de la novela se ralentiza en los episodios en los que se profundiza en la explicación del contexto histórico en el que transcurre la acción, pero esto también enriquece, por otra parte, el relato que, por lo general, es bastante fluido y las tramas de los distintos personajes, tanto la historia de amor así como las intrigas políticas, son todas interesantes y están muy bien trabadas de modo que van confluyendo hacia un final común de alta tensión donde la justicia triunfa, afortunadamente, sobre la maldad.