En ocasiones damos por descontado que si un libro nos ha conquistado esto se va a repetir de manera automática con cualquier novela del mismo autor con la que nos encontremos en el futuro, pero resulta que la cosa esta de escribir no es una ciencia exacta y las fórmulas no necesariamente funcionan siempre, así que a pesar de que con "Palmeras en la nieve" quedé encantada con Luz Gabás, no ha ocurrido exactamente lo mismo con esta, su segunda novela, "Regreso a tu piel". En esta ocasión nos encontramos con la historia de Brianda, una joven relativamente feliz, con un buen trabajo y un novio del que está enamorada y, supuestamente, ningún problema en la vida, hasta que comienza a sentir una inexplicable angustia, unas extrañas visiones que la llevan a alejarse de su vida cotidiana y refugiarse temporalmente en el pueblo natal de su madre, donde todavía vive su tía, para tratar de recuperarse de su extraño padecer. Pero este regreso a las montañas no hará más que acentuar su situación hasta el punto que comenzará a confundir su propia existencia con la de otra Brianda, una antepasada suya de idéntico nombre que habitó aquellas tierras allá por el siglo XVI y cuya historia comenzará a revivir como propia.
Reconozco que debe de haber algo inscrito en mi código genético, tal vez un gen híper realista que me pone en guardia cuando veo asomar elementos irracionales y mágicos en una novela y que me distancian del relato, me hacen mantener una distancia prudencial con él. Y si encima esto se une a que de tanto en tanto me tropiezo con alguna escena con un acentuado estilo romántico con enigmáticos caballeros montados en negros corceles, entonces, como dirían en mi tierra, "apaga y vámonos", desaparece por completo el feeling con esa lectura y difícilmente logro conectar con ella.
Y lo cierto es que toda la trama de esta novela que tiene lugar en la época medieval me ha encantado, me ha parecido apasionante la historia de la antigua Brianda, las luchas entre los distintos señores de las montañas entre ellos y contra el rey y las duras condiciones del medievo donde debe aprender a sobrevivir Brianda como heredera del señorío de Lubich, la arriesgada vida de una mujer en un cruel mundo de hombres. Toda esta parte es más interesante y más entretenida que la que transcurre en la actualidad, por lo que, para mi gusto, el relato tarda demasiado en cambiar de una época a otra, igual que encuentro que las artimañas para combinar ambos ámbitos temporales resultan forzadas y poco naturales, casi infantil el recurso a las regresiones al pasado y las visiones. La parte del presente me parece una excusa para contarnos la vida de Brianda de Lubich, una historia que sí que tiene fuerza e interés, pero combinada con los aspectos paranormales, las brujerías y demás fenómenos que en un marco del siglo XVI podrían encajarme, pero que trasladado al siglo XXI me han sobrado por completo.
Es por tanto esta una novela con un buen argumento de base y con una extraordinaria ambientación histórica pero que para mi gusto falla por el planteamiento de la estructura por la que ha optado la autora, al alternar las dos épocas de un modo tan "esotérico", cuando podría haberse limitado a escribir una buena novela histórica y punto.