A primera vista, no existen demasiadas razones que me puedan llevar a aunar en una misma entrada a estos dos autores, ambos especializados en series policíacas (Lackberg casi parece novata con sus escasos diez títulos frente al veterano Camilleri que ya lleva en torno a veinticinco de su particular detective) situadas en los dos casos en pequeñas ciudades costeras, siendo éste, sin duda, el principal punto que tienen en común, si bien es cierto que casi podríamos decir que también es el único ya que son multitud los aspectos que los distancian:
Camilla Lackberg es una joven escritora sueca que ha obtenido gran éxito editorial a través de sus novelas de misterio centradas en una pequeña localidad de la costa oeste de su Suecia natal llamada Fjällbacka (que es, además, la localidad natal de la autora) Sus personajes, liderados por el principal protagonista, el policía Patrik Hedströn, son por lo general jóvenes profesionales preocupados por temas como la pareja, los hijos, las relaciones personales en un lugar donde reina el aislamiento y la falta de vida social ... todo esto en medio del clima extremo propio del país nórdico donde la falta de luz invernal, el frío y las grandes tormentas marcan el ambiente gris y gélido de todas las historias.
Por otra parte, y marchándonos a la otra punta de Europa, en todos los sentidos, nos encontramos, de la mano del viejo Andrea Camilleri (ya cumplidos los 85 años) en la localidad siciliana de Vigata donde el comisario Montalbano trata de resolver los distintos casos que se presentan en su comisaría contando con la ayuda inestimable de una serie de compañeros que se caracterizan, al igual que el protagonista, por mostrar la actitud relajada y despreocupada propia de los habitantes del sur, donde las principales ocupaciones se centran en mantenerse lo más alejado posible de los jefes, disfrutar de una buena mesa y la compañía de los amigos y , en la medida de lo posible, del los placeres amorosos que puedan ir surgiendo, encontrando algún tiempo, a pesar de todo, para ocuparse de sus asuntos profesionales.
Dos actitudes diferentes ante la vida, casi tan distantes en carácter como geográficamente. Así y todo, un hecho une a estas dos novelas que en el momento ocupan mi lectura simultáneamente, "L’età del dubbio" y "Las hijas del frío", coinciden en su arranque con un cadáver descubierto en el mar, uno hallado casualmente por un criador de langostas y el otro aparece dentro de una barca a la deriva, los dos son trasladados al puerto y allí empiezan las pesquisas. Desgracias coincidentes que dan arranque a dos historias que, aún siendo policíacas, tienen tanto interés por la trama puramente de la investigación criminal como por las peripecias vitales de sus personajes. Dos lecturas altamente recomendables.
Camilla Lackberg es una joven escritora sueca que ha obtenido gran éxito editorial a través de sus novelas de misterio centradas en una pequeña localidad de la costa oeste de su Suecia natal llamada Fjällbacka (que es, además, la localidad natal de la autora) Sus personajes, liderados por el principal protagonista, el policía Patrik Hedströn, son por lo general jóvenes profesionales preocupados por temas como la pareja, los hijos, las relaciones personales en un lugar donde reina el aislamiento y la falta de vida social ... todo esto en medio del clima extremo propio del país nórdico donde la falta de luz invernal, el frío y las grandes tormentas marcan el ambiente gris y gélido de todas las historias.
Por otra parte, y marchándonos a la otra punta de Europa, en todos los sentidos, nos encontramos, de la mano del viejo Andrea Camilleri (ya cumplidos los 85 años) en la localidad siciliana de Vigata donde el comisario Montalbano trata de resolver los distintos casos que se presentan en su comisaría contando con la ayuda inestimable de una serie de compañeros que se caracterizan, al igual que el protagonista, por mostrar la actitud relajada y despreocupada propia de los habitantes del sur, donde las principales ocupaciones se centran en mantenerse lo más alejado posible de los jefes, disfrutar de una buena mesa y la compañía de los amigos y , en la medida de lo posible, del los placeres amorosos que puedan ir surgiendo, encontrando algún tiempo, a pesar de todo, para ocuparse de sus asuntos profesionales.
Dos actitudes diferentes ante la vida, casi tan distantes en carácter como geográficamente. Así y todo, un hecho une a estas dos novelas que en el momento ocupan mi lectura simultáneamente, "L’età del dubbio" y "Las hijas del frío", coinciden en su arranque con un cadáver descubierto en el mar, uno hallado casualmente por un criador de langostas y el otro aparece dentro de una barca a la deriva, los dos son trasladados al puerto y allí empiezan las pesquisas. Desgracias coincidentes que dan arranque a dos historias que, aún siendo policíacas, tienen tanto interés por la trama puramente de la investigación criminal como por las peripecias vitales de sus personajes. Dos lecturas altamente recomendables.